Fragmentos (One- Shots)

Tiranía inversa

ADVERTENCIA: Este capitulo contiene indícios de sexo y violencia, si usted es menor de 18 años, por favor, abstengase de ver este tipo de contenido. La historia tiene contenido que podría afectar la sensibilidad de algunas personas. Dicho esto, puede continuar con la lectura. 

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Sus ojos color sol, hermosos, calmados y sin brillo miraban hacia la ventana de aquel motel barato. Su espalda estaba recargada en la pared tapizada con un papel de mal gusto, de esos que te vendían en un catálogo. Cerró los ojos, puso sus delicadas manos entre sus piernas y suspiro cansado.

Pronto, sintió como sus ojos aún cerrados se llenaban de lágrimas y por sus mejillas bajaban dos gruesas gotas de agua.

Sus ojos eran tan hermosos que no merecían haber perdido aquel bello brillo que los caracterizaba.

Subió su mano hasta la unión de su cuello y hombro, pasó la mano dándose un suave masaje, sintiendo sus músculos tensados. Abrió un ojo solo para mirar al hombre acostado a su lado.

Era gordo, anciano y muy, muy peludo. Se levantó de aquel intento de cama donde pudo ver las grandes manchas de sangre que había, la más grande se hallaba donde él estaba acostado; las nauseas llenaron su garganta, aunque su estómago estuviese vacío. Aún llorando, entró al baño y tomo una ducha.

Dejó que cayera el agua y se llevara con ella todos los fluidos secos que habían en su cuerpo, y si es posible, también el dolor que sentía no solo en su cuerpo, sino tambien en su corazón, quería quitarse esa opresión insoportable de su pecho, aunque fuera solo por un segundo. Dirigió sus ojos al piso de la ducha y notó como se pintaba un poco de color rojo.

¿Cómo había terminado todo así? ¿Cómo el amor que le profesaba se había convertido en esto? ¿Por qué lo hacía?

Ah, cierto.

Porque lo amaba.

Porque sólo él le hacía sentir amado.

Porque sólo él se quedó después de que su familia falleció.

Porque aunque no quería aceptarlo, dependía emocionalmente de Tetsuhiro.

Secó su cuerpo, salió del baño sin hacer ruido, de la misma manera se vistió y se fué.

-Terminé ¿Vienes a recogerme?

-Hoy no, estoy cansado

-Mori...

-Llamada finalizada-

Un suspiro tembloroso abandonó sus labios mientras sentía un nudo en su garganta y la boca de su estómago. Sus piernas temblaban a cada paso que daba, dolía como el infierno caminar. Ese hombre no había sido nada amable con él, con su cuerpo.

Souichi siguió caminando mientras se apoyaba en las paredes rasposas y frías mientras trataba de enfocar su vista, ya que la oscuridad de la madrugada no le ayudaba nada a su miopía. Un escalofrío recorrió todo su cuerpo cuando una ráfaga de viento lo envolvió, sus manos heladas se aferraron a la chaqueta de tela delgada que según Tetsuhiro le hacía ver más apetecible, no le daba nada de calor.

Una bocina sonó a su lado. Por inercia volteó y vió a un hombre pelirrojo, moreno y muy apuesto asomar su cabeza.

-¿Te llevo?- Preguntó amablemente.

-No otra vez, acabo de terminar- Pensó- Pero, Mori se enojará si llego con sólo el poco dinero que me dió el hombre. Mierda-

Souichi asintió y caminó al auto, abrió la puerta y con incomodidad se montó. Un rico calor lo rodeó rápidamente y suspiró de gusto dejándose caer en el cómodo respaldo de su silla.