❥ Prólogo; Él es hermoso

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—Matcha

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—Matcha... ¡Matcha!— un suspiro irritado escapó de sus labios. Sus pasos se detuvieron a la orilla de la acera —¿A dónde se metió ahora este gato desgraciado?

—¡A un lado!— Jake se asustó en cuanto un chico atravesó la calle montado en su bicicleta. Había pegado un frenazo justo frente a su cuerpo, su rostro quedando frente a sus ojos.

—¿Estás loco? ¡Casi me atropellas!— se quejó el rubio poniendo mala cara. Rodó sus ojos y se movió pretendiendo seguir con su búsqueda.

El contrario soltó una sonrisa confiada y se volteó en la bicicleta dispuesto a seguir al rubio de cerca. —¿Qué buscas? Estás más quejumbroso de lo normal.

—¡Yo no soy quejumbroso!— se quejó, y sus brazos subieron a la altura de su pecho para cruzarlos sobre el. Su ceño se frunció y sus labios tiraron de un tierno puchero. —Y busco a mi gatito. ¿Lo has visto por aquí? La tía Rina llamó y dijo que escapó de casa. Probablemente me habrá seguido hasta la escuela y olvidó cómo regresar.

El de cabello oscuro miró automáticamente hacia los lados, buscando algún indicio del gatito de Jake. Meneó su cabeza negándose. Jake soltó un nuevo suspiro desesperanzador.

—¿Qué pasa si en realidad se encuentra en casa?

—No seas estúpido, Jay. Mi tía habría llamado.

—Bueno, quizás... Matcha vaya a regresar en la noche, mientras duermes.— dijo en un tono sugerente, tratando de servir de ayuda —No sé si lo habrás notado pero, está comenzando a oscurecer. ¿Cuánto tiempo te la pasaste buscándolo? Ya buscaste por todo al rededor, Jake, creo que sería peligroso si sigues buscando sólo durante la noche. Deberías volver.

Jake, todavía con un expresión amargada, soltó un bufido y se sostuvo mejor de las correas de su mochila. —¿Por qué llevaría la cuenta del tiempo? — se limitó a responder, —Además, ¿cómo sabes que ya busqué por todos lados? Yo no te lo dije.

Jongseong se mantuvo en silencio ante el contraataque del rubio. Jake lo miró por el rabillo de su ojo, una ceja arqueándose con curiosidad.

—Acosador.— fue lo único que dijo, aunque por su tono de voz, Jay deducía que no se encontraba realmente molesto.

—Me preocupaba que regresaras sólo a casa, es todo.

—Cosa que he hecho desde primaria, de hecho. ¿Qué más da si lo hago ahora? No es cómo si fuera un niño.

—Lo eres.— contestó —Lo somos.

Saturn is full of wishes.   𝐡𝐞𝐞𝐣𝐚𝐤𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora