white xmas

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La mejor época del año estaba empezando y claramente se hacía ver en todo mi vecindario.
Me levante más temprano de lo común y por la ventana podía ver el cielo gris, haciendo saber a todos que en cualquier momento caería nieve. Abrí la ventana y la brisa fría del invierno inundó mi fosas nasales, cerré mis ojos y disfrute el aire fresco.

Podía ver como todos mis vecinos estaban empezando a decorar sus casas, colgaban luces por todos lados y ponían renos en sus jardines.

Baje a la sala de estar donde se encontraba mi mellizo, Matthew, sacando de unas cajas luces para decorar y mi hermana mayor, Becky, que estaba de visita en mi casa, se encontraba armando el árbol de navidad.

— Mad, ve a comprar harina y huevos — hablo Becky cuando termino de acomodar el árbol.

— Esta bien, me cambio y voy —

Subí a mi habitación, me puse algo cómodo y me abrigue mucho porque hacía bastante frío.
Una vez salí de mi casa, me dirigí hacia el supermercado más cerca. Al llegar a este, pude ver que había mucha gente comprando.

Fui hacia el estante donde se encontraba los huevos y no se encontraban esto, así que fui en busca de la harina. Cerca de mi, se encontraba un grupo de amigos bastante extenso. Uno de ellos se acercó a mi.

— Hola, disculpa la molestia, nos hemos mudado recientemente aquí y todavía no nos hemos acomodado muy bien. ¿Sabes donde hay un lugar para desayunar?—

Era una persona bastante alta, alguno de sus rulos caían sobre su cara, haciéndolo más atractivo de lo que ya era.

— Hola, claro, cerca de aquí hay una cafetería, queda a dos cuadras —

— Muchas gracias — me dio una sonrisa, si ya pensaba que era lindo, cuando sonrió veía mucho más lindo.

— ¿De donde vienen? — pregunté con una sonrisa.

— Somos de París — respondió. — Nos gusta mucho conocer lugares, así que decidimos venir a New York, nos está gustando bastante por ahora.

— Me alegra oír eso, espero que tengan una linda navidad — agarre la harina y volví a mirarlo.

— Igualmente, espero que nos veamos pronto — sonrió.

— Espera, ¿tu tienes huevos? — estaba hipnotizada con sus ojos y no me había dado cuenta de lo que había dicho.

— ¿Qué? — pude ver cómo fruncia sus ojos, abrí mis ojos cómo platos, mis mejillas ardían.

— No, que si, em — respire un poco de antes de hablar — si has comprado huevos porque no los he encontrado donde se suponía que debían estar... — miraba avergonzada el suelo, escuche una fuerte carcajada y volví a mirarlo.

— Si de hecho, está del otro lado de este estante — dice cuando pudo parar de reír —

— Ah, bueno.. Adiós — me fui casi corriendo, moría de la vergüenza.

Al volver a casa me di cuenta que no le había preguntado su nombre, maldeci por dentro. Seguro lo volvería a ver pronto así que no me hice mucho problema.

El resto del día estuve ayudando con la decoración, la parte delantera de mi casa quedó todo decorado y muy lindo.

— Vengan a comer — nos llamo mi madre a mi y a mis hermanos, nos levantamos rápidamente del sillón, moríamos de hambre.

— Estoy realmente emocionada — sonreí al sentarme en la mesa.

— Mejor ponte a pensar en todo lo que tenemos que limpiar aún — hablo mi madre, Liz, soltando un suspiro. Solo rodé los ojos.
— ¿Vieron que se mudo más gente al vecindario? Tienen su edad — nos señalo a mi y a Matthew. — Tal vez podrían hacerse amigos de ellos y no estar encerrados siempre en casa jugando con el control ese— esta vez miro de reojo a Matt.

— No, son más divertidos mis "juegos"— dijo Matthew sin darle un poco de importancia a lo que le habia dicho.

— Quizás sea buena idea conocerlos — levante un poco los hombros.

𝗪𝗵𝗶𝘁𝗲 𝗖𝗵𝗿𝗶𝘀𝘁𝗺𝗮𝘀 - 𝗧𝗶𝗺𝗼𝘁𝗵𝗲́𝗲 𝗖𝗵𝗮𝗹𝗮𝗺𝗲𝘁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora