Este es mi primer aporte para la ausweek.
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«A los quince años, Las y los pequeños brujos deben tomar su camino y buscar una ciudad para formar parte de ella, Ese es su entrenamiento» decía una vieja mujer, Con canas en su cabello.
Chifuyu la observaba atento. Mientras ella alardeaba de como ser un buen brujo.
Si bien sabía que al cumplir la edad correcta para echar su escobas a andar, Lo mandarían muy lejos. Pues aún no estaba listo.
—Excalibur... ¿Crees que nos vaya bien lejos de nuestra madre?—Le preguntaba atentamente al pequeño gato entre sus piernas.
La clase de la señora Fumiko había dado por terminada. Recogió sus viejos libros y salió del aula. Iría a los maizales a despejar su mente un buen rato.
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Conocía su especialidad desde que tenía seis años, El día que descubrió que su don consistía en saber cuando moriría la gente y de alertar sobre las enfermedades. Fue el mismo en el que su padre se fue de casa, Con la excusa de que era un don aterrador.
—Excalibur...—Se abrazó al delgado cuerpo del gato.
Excalibur abrió los ojos. Encontrándose con la mirada fría y perdida de Chifuyu.
—Vamos, No te desanimes. —Intentaba apoyar a su amo. La única razón por la que aún seguía con vida era gracias a Chifuyu, quería ser de ayuda cuando Chifuyu lo necesitara.
«El clima será bastante cálido hoy por la tarde, No lo crees, Hoshi.»
—Hace mucho que el clima no es bueno, ¿Verda fuyito?—le preguntaba el pequeño gato entre sus brazos.
Chifuyu asintió.
—Deberíamos partir hoy.
Chifuyu bajo la vista hacia Excalibur.
—¡Si! Eso es, Hoy mismo partiremos.
El rubio tomó a su gato en brazos y en su otra mano sostenía el viejo radio que alguna vez perteneció a su padre.
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—¿Partirán hoy? —Airi revolvía levemente el arroz con leche del plato. Con esa vez sería la tercera en la que su hijo mayor y único hablaba sobre partir de casa. Las dos veces anteriores habían acabado con todo el pueblo de Nagoro reunidos en su jardín solo para presenciar a su pequeño llorar. Se levanto de la silla mecedora donde descansaba anteriormente y se acercó a su hijo, Tomando la cabeza de este entre sus delgadas manos y haciendo que la viera a sus grandes ojos verdes.
—Está vez ya no habrá marcha atrás ¿Entendido?
Chifuyu asintió.
—¡Si!
Airi miró a su hijo con orgullo.
—Muy bien. Entonces haz rápido la maleta. Yo me encargo de reunir al pueblo. No todos los días un pequeño brujo se va a su entrenamiento.
La señora Matsuno salió de la habitación de su hijo.
Excalibur tomó un par de juguetes para gato en su hocico y los llevo hasta la bolsa donde Chifuyu guardaba su ropa y de más cosas personales.
—Está todo listo, La tía mimiko nos preparó bocadillos para el viaje. ¿Crees que lo logremos, Chifuyu-kun?
«Pues vaya don que tiene este chiquillo, Seguro será un brujo de magia negra como nosotros» Recordaba las palabras de su abuelo por parte de madre. No deseaba hacer cosas para dañar a otros, Quería ser distinto a sus abuelos he incluso distinto que su madre.
