La danza de dragones dió inicio y el bando negro tenía una gran desventaja desde que Aemond Targaryen, con tan solo 11 años, reclamó a Vhagar como suya.
La muerte de Lucerys marcó el inicio de la guerra, el bando negro buscó alianzas pero con Cole...
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「 ✦ 𝐄𝐋 𝐃𝐈𝐀𝐌𝐀𝐍𝐓𝐄 𝐄𝐍 𝐁𝐑𝐔𝐓𝐎 ✦ 」
🐉🗡️
El día era triste, las nubes estaban de un color gris y el cielo amenazaba a comer a llorar. El fallecimiento de Laena Velaryon tomó a todos de sorpresa y más a sus dos vástagos, Baesa y Rhaena, ambas lloraban sin parar siendo abrazadas y consoladas por su abuela, la reina que nunca fue.
Daenys por su parte se encontraba sentada en un rincón, sentía que no pertenecía ahí, si bien, Laena la educó y la cuidó como otra de sus hijas, le enseñó lo que era el amor de madre pero nunca se sintió como si perteneciera verdaderamente a esa familia.
Aún con la mirada baja y sintiendo el vacío en su interior, suspiró y dejó que todos sus sentimientos invadieran su cuerpo, comenzó a llorar en silencio hasta que las lágrimas fueron cayendo con más rapidez, empapando todo su bello rostro.
Jacaerys vió a la joven princesa sola y con la mirada baja, decidió acercarse y sentarse junto a ella.
— Lo siento. — mumuró en voz baja. — También era tu madre.
Daenys levantó su mirada y vio al pequeño niño, este le sonreía. El príncipe alzó su mano y la puso en su mejilla, limpiaba las lágrimas que caían del rostro pecoso de la princesa.
