TW: Sangre, no es nada explícito igual, pero ponele que es algo que tengo que mencionar.
Cristian comienza a despertar suavemente cuando los rayos del sol se filtran por la ventana y comienzan a acariciar su rostro, anunciando que la mañana ya se encuentra en su mejor momento. Sus párpados se abren lentamente, sus ojos color caramelo recorren lentamente la habitación vacía, aún no se acostumbra al nuevo lugar. Lleva meses ahí y, sin embargo, siempre tiene esa extraña sensación, o mejor dicho deseo, de que tal vez cuando sus ojos se abran va a encontrarse en su casa y todo esto no va a ser más que un simple sueño.
Hay un suspiro que escapa de sus labios, le cuesta bastante, pero decide levantarse a pesar de que no tiene ganas de afrontar su realidad. Estira sus músculos dormidos, en busca de liberarse de cualquier rastro de cansancio, en lo que se despega de las suaves sabanas. Sus pies tocan el frío suelo, dirigiéndose a la salida de la habitación. Hay un silencio ensordecedor; Lisandro todavía no volvió. Ayer en la noche partió para encargarse de algunos asuntos, nunca le dice a Cristian de qué se trata, según él es porque el omega no debería de preocuparse por sus asuntos privados, pero él obviamente no puede evitar hacerlo, no cuando su deber es (aunque ahora no continúe ejerciendo) detener a personas peligrosas como el alfa.
Ahora las cosas habían cambiado, ya no era un policía con un sueldo mínimo, ocultando su rango como omega para poder sobrevivir en un mundo injusto. Su vida había cambiado, en este instante era simplemente el trofeo de un narco con un extraño complejo de cazador, que lo había capturado y en la actualidad lo tenía allí en esa casa, como si él fuera esas astas o cabezas de ciervos que se cuelgan para demostrar un trabajo bien hecho. Llevaba en total 9 meses allí, viviendo en esa extraña circunstancia y a pesar de ello los recuerdos seguían frescos en su mente…
Aún tiene marcada esa noche de viernes. Había regresado a su hogar después de un largo día en la ciudad, llevaba meses bajo el rastro de una red de narcotráfico importante junto a un equipo táctico liderado por el teniente Scaloni.
Justo esas semanas había recorrido los muelles de carga y descarga de incógnito, recaudando pistas cruciales que tenían que llegar al encargado de su subdivisión. Se le había asignado solamente hacer trabajo de reconocimiento y recolectar información, nada muy peligroso ni muy importante. Todo gracias a que Pablo era el único que sabía de su secreto y por ello, a pesar de que todos lo creían alfa, él lo mandaba a misiones útiles, pero no peligrosas, asegurándose que no tuviera ningún percance por su estatus de omega. Eso no le molestaba a Cristian, aceptaba cualquier cosa con tal de poder ser parte de la fuerza y hacer más que solo vivir detrás de un escritorio.
Esa mañana había sido significativa porque hacía rato que estaba tras los pasos de una pieza fundamental, un omega llamado Enzo que se encontraba todas las tardes en el lugar y que a veces se tomaba pequeños momentos para encontrarse con un alfa de rulos, quién al parecer era un enfermero, ya que siempre estaba con su uniforme. El joven de tatuajes cumplía su función de monitorear que nadie se acerque a donde no debía, pero si se distraía por unos ojitos marroncitos de ciervo, le abría el paso a Cristian para entrometerse más allá de lo usualmente permitido.
Esa noche volvía victorioso, porque había logrado no solo encontrar los cargamentos donde la droga venía escondida, sino que también conseguido rebuscar entre los documentos los nombres de las personas encargadas de su distribución. No era mucho, todos eran simplemente soldaditos que miraban a otro lado por unos cuantos billetes, pero si se los vigilaba y se les presionaba lo suficiente podrían llegar tal vez a condenar al chico Enzo con sus declaraciones, y con suerte, sacarle algún nombre más importante a cambio de una baja de su condena. Si eso no era suficiente, también tenían el comodín del alfa de rulos para hacerlo hablar.
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𝗠𝗲𝗻𝘁𝗶𝗿𝗮𝘀 𝗣𝗶𝗮𝗱𝗼𝘀𝗮𝘀 ;; Cutilicha
Fanfiction" ⟡ . Vivo con el impulso de destruirlo todo Y hay alguna noche que le dejo ganar Tengo mis demonios haciéndome los coros Diciéndome al oído que sos para mí .. . . " ⎯Dillom - (Mentiras Piadosas) ...