dulce y frio amor

Tempestad en el corazón (capitulo 1)

Después de un día como todos en el instituto. Era la hora de salir y no había visto a Alexander en todo el día después de que me recogió de camino al instituto, después de decirle a mi mejor amiga jophefine que iría a la entrada del instituto para encontrarme con Alex. Ella me frunció el seño pero yo ya savia por que pero de todas maneras le pregunte para fastidiarla un rato.

- ¿y ahora yo que hice jo?... así la llamaba yo para no decir todo el complicado nombre.

- dijiste que me ibas a acompañar a mi casa para convencer a mis padres de salir mañana a la fiesta.

Puse los ojos como platos ya que por estar pensando en Alex se me había olvidado completamente la fiesta de San Valentín.

- te juro que se me ha olvidado jo..... Pero después de que Alex me deje en mi casa, me cambio e iré a la tuya te lo juro... eso lo hice juntando las manos para que me perdonara.

Ella puso mala cara pero acepto ya que prácticamente me estaba arrodillando por su perdón, después de que me perdonara la abrase y di media vuelta para encontrarme con Alex. Cuando iba llegando al portón del instituto lo pude distinguir entre todos los estudiantes ya que el era uno de los mas altos del instituto, tenia el cabello de un negro tan brillante que con el sol parecía cambiar a azul oscuro, unos ojos grandes y de color avellana, piel blanca y unos labios finos pero carnosos. Cuando llegue a su lado pude notar que cuando me miro tenia una mirada de tristeza y de dolor, yo puse una cara de confusión, pero de todas maneras lo abrase y le di un delicado beso, el me aparto delicadamente, me miro a los ojos y me dijo..

- lo siento Elena pero vamos a terminar.

- ¿Q....Que?...

Esto es el por que en solo unos segundos todo cambio drásticamente. Mañana era mi primer día de San Valentín que pasaría con mi novio, Alexander la persona que en verdad yo amaba. Pero en se momento yo no entendía que era lo que estaba pasando, que había hecho mal, en que me había equivocado..... En mi interior grite lo mas fuerte que pude....¡POR FAVOR QUE ALGUIEN ME AYUDE!... en eso Alex seguía explicándome lo que pasaba pero yo ya no lo oía.

- yo en verdad lo siento Elena....... pero yo me e enamorado de alguien mas....

Yo no me pude mover, estoy completamente paralizada... eso era lo que pensaba, pero de un micro segundo a otro sentí como alguien me agarro del brazo con una fuerza indiscutible que no pude ni reaccionar, lo único que escuche fue una dulce y embriagadora voz diciendo....

- bien Alex si tu vas a terminar con ella entonces yo me la llevare.

Solo pude oír a Alex gritando mi nombre, no podía pensar en nada, no sentía nada esta en un abismo de tristeza, dolor, angustia y de odio. Al darme cuenta que estaba siendo arrastrada por un extraño me pregunte quien era así que acumule toda la poca energía que me quedaba y abrí la boca para hablar pero no salio tan clara como había deseado.

- ¿Quien eres?... dije con lagrimas en los ojos que se deslizaron por mis rojas mejillas hasta terminar en mi barbilla. Al observar bien al hombre me percate que era un estudiante de un instituto privado. Tenía el uniforme de su colegio y encima tenía un abrigo con una garra en la cabeza y unos lentes, pensé que daba la impresión que estaba escondiéndose de alguien. Al levantar mi cabeza para verle la cara oí de nuevo esa dulce voz diciendo.

- yo....yo soy....yuki

Al oír su nombre se quito los lentes y la gorra y una ráfaga de nieve hizo que su cabello se moviera al compás del viento, al verlo tan detenidamente pude ver que era mas alto que Alex, tenia un cabello color miel casi parecido al rubio, unos ojos un poco alargados pero que enmarcaban su perfecto y perfilado rostro y de un color celestes, un celeste mas claro que el cielo o el inmenso océano, unos labios gruesos y rojos. un cuerpo bien definido con unos músculos que podían notarse con la camisa del instituto, moví la cabeza y fije mis ojos a los de el, el me sostuvo la mirada, pude sentir como se me habían a aguado los ojos de nuevo y sin mi permiso cayeron las lagrimas por mi cara, pero lo que mas me sorprendió fue sentir sus calidos dedos acariciar mis mejillas y limpiar las lagrimas que había derramado, se inclino solo hasta llegar a mi oído sin dejar de mirarme con esos ojos tan cautivadores y penetrantes y me susurro.