1. De Enemigo a Sapo

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Taehyung corrió hacia los interruptores de luz de la casa, iluminando su desordenado y oscuro hogar. Luego comenzó a correr de un lado a otro, intentando limpiar todo lo que pudiera del pequeño caos que había allí.

Su cabello azul volaba con cada movimiento, y el uniforme escolar, que le quedaba ajustado, le dificultaba estar cómodo, pero no le importaba. Estaba enfocado en una sola cosa.

—¿Te quedaste dormido adentro o qué?

La voz sarcástica e irritante lo interrumpió, haciendo que su rostro se contrajera de ira y sus manos se apretaran en puños.

—¡Ya voy!—gritó con frustración y se dirigió hacia la puerta, pisoteando el suelo con furia. —¡Dios mío! De verdad no tienes modales. ¡Recuerda que solo eres un invitado no bienvenido aquí, y aun así actúas irritante!

Tiró con fuerza del pomo de la puerta, y lo que vio fue a Jungkook, quien se mantenía frío con una mochila colgando de su hombro, las manos en los bolsillos, y su largo cabello negro cayendo sobre su rostro. La expresión burlona y esa sonrisa torcida en sus labios solo lo irritaban más.

—¿Yo, sin modales? perdone, señor educado. Pero tampoco elegí venir a este gallinero por mi propia voluntad. ¿Olvidaste por qué estamos aquí?

—¿A qué le estás llamando gallinero?

Taehyung se quedó paralizado, abriendo los ojos con furia y sorpresa, mientras Jungkook simplemente mantenía su sonrisa maliciosa, encogiéndose de hombros despreocupadamente mientras avanzaba para pasar a su lado, rozándole el hombro ligeramente al entrar.

—Uuf, creo que llamarlo gallinero lo hace parecer más bonito. Es más como un establo—continuó Jungkook sin perder la oportunidad de fastidiar a Taehyung, con una sonrisa torcida, esperando la reacción que sabía que vendría de su pequeño enemigo, lo que siempre hacía que sus días aburridos fueran más interesantes.

—¡¿Establo qué?!—gritó Taehyung, explotando detrás de él. —¡Oye, respeta que estás en mi casa, que con toda humildad aceptó recibir a alguien de tu nivel, maldito infeliz!

Jungkook esbozó una pequeña sonrisa sin moverse ni perder su postura despreocupada. Ignoró intencionadamente al chico de cabello azul mientras caminaba hacia una de las estanterías llenas de libros, aumentando la irritación de Taehyung, que apretaba los dientes con fuerza, furioso.

—¡Maldito seas!—masculló Taehyung con ira.

—Gracias—respondió Jungkook con su habitual habilidad para irritarlo sin esfuerzo.

—Deja mis cosas y siéntate. No puedo creer lo poco educado que eres.

—¿No tengo derecho a explorar el entorno de la persona con la que haré mi investigación?—replicó el otro con una ceja levantada, sacando un libro grueso del estante.

—¿Por qué lo harías?—preguntó Taehyung, y Jungkook lo miró de reojo, con su cabello cubriéndole parte del rostro.

—Para saber cómo tratar con él, tal vez—respondió Jungkook.

Taehyung no sabía por qué, pero escuchaba una voz dentro de él gritando lo increíblemente atractivo que era todo el escenario: la mirada de Jungkook, su postura, la forma en que le hablaba... Maldita sea, Taehyung no podía negar la verdad, aunque intentó hacerlo como siempre.

Se había quedado perdido en sus pensamientos sin darse cuenta, pero no pasó desapercibido para Jungkook, que bajó la vista intentando contener una sonrisa mientras ojeaba el libro en sus manos al azar.

Fueron solo unos segundos antes de que Jungkook frunciera el ceño, confuso por los símbolos extraños escritos en un idioma desconocido, con solo unas pocas palabras en español en la parte superior.

Kookie's 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora