Rosa de los rosales,
Hacia ti se inclinan millares de cantares.
Eres bella y hermosa,
Aunque sé que tú corazón,
Por la traición,
Se goza.
Mi alma añoraba tu amor,
Más tú me diste traición.
Tal vez sea única en este jardín,
Más yo me apartare de ti.
Sin pensarlo y sin dudarlo,
De aquí yo me marcho.
Porque la transacción,
Con traición,
Se paga.
Tus espinas clavste en mi mano,
Que con delicadeza te sostenían,
Y haci como el príncipito,
Yo en una cúpula de cristal de ti me limito.
Por más que me duela,
Me alejara de ti todo lo que se pueda.
Pues daño me hicistes,
Y no te vasto,
Pues también mi corazón destruiste.
Mi mano y mi halma,
Sangran de dolor,
Porque nunca hubo amor,
No me rendiré,
Porque aunque me allas echo daño,
Este proceso fue para escalar otro peldaño.
Jamás me imaginé recibir traición,
Pues prometo ya no sentir amor,
Por una rosa traicionera,
Que su halma la traición espera.
No te deseo lo pero,
Pero jamás te demostrare mi amor o pasión.
