Última flecha

II

Después de la llegada de aquella carta, el ambiente de la casa se había tornado incómodo, el silencio de su madre como parte de respuesta y el haberse ido por más de tres horas lo decía todo, no estaba lista para participar en semejante atrocidad. Había regresado para cenar con sus hijas y nieta pero en ese lapso de tiempo, nadie se atrevía a iniciar alguna conversación, solo se dedicaban a comer en silencio.

Cuando el sol se ocultó por completo y la familia ya había cenado, la más pequeña de la casa, Alabama, estaba por dormir, debido a que Krista, madre de la pequeña ya había acomodado la cama antes de que ella terminara de ver la televisión. La menor de las hermanas Montes, sentía alivio que en su casa disponían de una pequeña televisión, eso ayudaba a entretener a su sobrina, ¿lo malo? solo había dos canales disponibles y uno era de noticias las 24 horas. Alabama vestía una pijama roja que su mamá había confeccionado, se veía extremadamente tierna en los ojos de Gala, solo quería abrazarla y protegerla.

—¿Por qué mi abuela no habló durante toda la cena? ¿Está enojada con nosotras? —Bama, como solían decirle todos en la casa, preguntó mientras se acostaba y abrazaba a su oso de peluche.

—No tonta, ella está asustada —respondió Krista con una mueca de exasperación—, nadie está listo para los juegos de la Unión.

—¿Qué no son los juegos de sangre? —cuestionó Bama un poco sorprendida—. El hermano de Carlos les decía así cuando nos contaba las historias.

Gala se giró a observar a su hermana, no recordaba que alguien de su edad hubiera competido años atrás, siempre eran personas que rebasaban la mayoría de edad.

—Él fue seleccionado en la edición pasada. —respondió Krista mirando a su hermana para hacerle saber que esa elección había sido un completo fracaso.

—¿Ganó? —preguntó con curiosidad la pequeña Bama.

—No, murió —su madre respondió con un simple movimiento de hombros—, todos los que van a la superficie nunca regresan.

Gala logró observar como su sobrina empezaba a llorar, se supone que debía evitar más problemas y las lágrimas de Bama solo preocuparían más a su madre. Rapidamente se acercó a la pequeña niña, debía arreglar ese desastre.

-Carlos es un tonto, realmente pierdes tu tiempo en juntarte con esas amistades, siempre recuerdalo preciosa llorona —removió el cabello de Bama en forma de juego, haciéndola reír—. Es hora de que conozcas la historia de la Unión —la chica sacó una pequeña caja metálica del armario, en ella se podía observar un par de fotografías y documentos pero su atención fue en sacar una foto para después sentarse en medio cerca de su sobrina—, ¿qué ven aquí?

—Son tus abuelos Alabama —se adelantó a responder Krista al ver la cara confundida de su hija y se giró en dirección de Gala como si fuera lo más obvio ante su pregunta—. Eso ya lo sabemos.

Como respuesta solo obtuvo una golpe en la frente con la palma izquierda de su hermana.

—Eso no tonto, observen más chicas, ¡es Montreal 1976! La última fecha en que se celebraron las Olimpiadas.

—¿Olimpiadas?

—Son los Juegos Olímpicos Bam, justo como lo son las competencias en todos estos años. La única diferencia es que aquí todavía existían los países, la Unión no aparecía en la vida de los demás y todos eran libres. Meses antes papá había renunciado a ser un atleta olímpico porque querían dedicarse a construir una vida en familia en lo que llegaba mi nacimiento —la sonrisa que estaba teniendo Krista al explicar la historia se fue convirtiendo en una llena de nostalgia y tristeza—. Justo cuando recién estaban por comenzar, los rumores se hacían presentes en la vida de cada ciudadano, China y Rusia, empezaron a unirse para quitarle a Estados Unidos el poder que podía llegar a ejercer a nivel global. El deporte estaba siendo protagonista en el ojo público, ¿qué mejor cortina de humo podía haber? Todos sabemos que China ha sido una gran potencia en salud y economía mientras que Rusia lo suyo son el ejército, se dieron cuenta que el presidente de Norteamérica no sabía manejar al país, así que decidieron ponerle fin, mataron al presidente, pusieron bajo amenaza el país mediante una serie de eventos sociales que ellos mismos crearon para que poco a poco comenzaran a dominar, primero fue Estados Unidos, luego México, Europa y para finales del 78, tenían dominio de todo. ¿Cómo lo lograron? no tengo ni puta idea. Todo era como una especie de guerra mundial y los atacantes se dieron cuenta de la gran debilidad del mundo, el manejo de la información.