Este chico lucía diferente a los demás. Cada vez que cruzabamos miradas esto me provocaba escalofríos, nadie había provocado esto en mí.
-¿Cómo te llamas?- me dice mirándome fijamente a los ojos y con una tímida sonrisa en sus labios.
-Mi nombre es Catherine.- Le digo con un poco de miedo en mi voz. -Lindo nombre- me responde con un dulce tono.
-¿Te puedo invitar un trago?, dice ofreciendo su mano para que la tomara. Después de pensar por unos segundos acepto pero no tomo su mano sino sonrío y me voy delante de el.
Lo guio hasta el otro lado de la casa, mansión diría yo, es gigante. Pongo el vaso de bebida que había tomado antes en la mesa y tomamos aciento en el gigante sofá morado que está justo pegado a la pared. Me acomodo y arreglo mi vestido. Este chico se sienta a mi lado y comienzo a sentime algo nerviosa, ¿Por qué será? . Ambos miramos alrededor y puedo admirar al tipico chico fiestero con una cerveza en la mano y coquetando con una chica. También la chica que luce provocativa y que busca a algún chico. Y no puede faltar el inadaprado que está con un amigo o amiga. Para ser honesta este ultimo sr parece a mí, no soy de esas chicas a las cuales le guste salir. Puedo pasar todo el día en mi habitación leyendo y siendo feliz.
-¿Qué te trajo aquí?- dice Armando interrumpiendo mis pensamiento.
-Mi amiga me ha dicho que tengo que hacer algo más que no sea leer, ¿puedes creerlo?- digo con una pequeña sonrisa.
