Naruto hacía un esfuerzo por mantener la compostura, pero fue una tarea imposible. El agarre del corpulento hombre se cernía sobre sus muñecas con la clara intención de provocarlo. Bastaba con deslumbrar las facciones mordaces de Sasuke para entender que solo buscaba obtener una respuesta, sin importar los medios. Uzumaki había intentado en repetidas ocasiones empujarlo. No obstante, sus esfuerzos resultaron en vano. Los colmillos del Alfa rozaron sutilmente su cuello a modo de advertencia, y él captó el mensaje al instante. Sus ojos azules se abrieron con terror ante la posibilidad de que un mordisco, por más ligero que fuera, lo condenara a un lazo que no podría soportar.
Sasuke sonrió con desdén, disfrutando del poder que ejercía sobre su nuevo compañero de celda. Incluso deslizó sus largos colmillos en la glándula odorífera del asustado chico, insinuando que, en el siguiente movimiento en falso, los clavaría para saborear con deleite su sangre. Era un juego siniestro de dominancia y sumisión en el que Uchiha se veía como el indiscutible ganador. Hacía mucho tiempo que el Alfa de cabello negro no experimentaba el flujo de adrenalina en su sistema, ni siquiera se atrevía a comparar ese estado con las peleas que libraba con otros criminales con el único propósito de exhibir las ventajas de pertenecer a la casta superior.
La desesperación de Naruto crecía a medida que se sentía humillado por el comportamiento del sujeto con tatuajes. Su fuerza no igualaba la del Alfa, y era obvio que la diferencia de subgéneros influía en demasía. Uzumaki deseaba evitar cualquier tipo de enfrentamiento, pero en un lugar donde la violencia imperaba, resultaba imposible eludir situaciones desagradables, hasta con el más inofensivo de los reclusos. El cuerpo robusto de Uchiha funcionaba como una especie de palanca, aprisionándolo contra la puerta del pequeño cubículo; en definitiva, no había manera de escapar si no actuaba con rapidez. Un jadeo escapó de sus labios, y en un arranque de ira, el rubio logró golpear a Sasuke con su cabeza.
—¡Déjame en paz, imbécil! —gritó Naruto, furioso, mientras forcejeaba con el sorprendido Alfa para zafarse del agarre.
El repentino cabezazo desconcertó a Sasuke, quien jamás esperó una reacción así. Por escasos segundos, aflojó su asimiento, permitiendo que Naruto intentara alejarlo de su zona vulnerable. Tanto fue el asombro que el escozor en su barbilla ni siquiera lo sintió. La mente del Alfa se centró en procesar el inesperado cambio en la riña, en medio del silencio abrumador que reinó en la celda. Los fieros ojos de Uzumaki observaban el rostro desencajado del más alto, esperando quizás un contraataque que nunca llegó. Uchiha no recordaba la última vez que recibió un golpe; habían pasado varios meses desde que no se involucraba en peleas para reducir su condena.
—¿Cómo es posible que un estúpido Omega haya tenido las agallas de pegarme? —preguntó Sasuke de forma retórica—. ¿Eres consciente de la idiotez que acabas de hacer?
—¡¿Tengo que repetirte otra vez que soy un Beta?! —exigió el de apellido Uzumaki, sosteniéndole la mirada a Uchiha—. Si no puedes darte cuenta de lo evidente, no te enorgullezcas de ser un Alfa; solo avergüenzas a tu casta con tu incompetente olfato.
—¡Esa maldita boca tuya es perfecta para rompértela con un puñetazo! —susurró amenazante el moreno, tomando con brusquedad las mejillas de Naruto—. Te recuerdo que estás en mi territorio, así que deja de fingir bravuconearía. No te queda, Omega.
El supuesto Beta frunció el ceño, intentando controlar el coraje que lo consumía. Detestaba sobremanera a ese hombre; su sola cercanía le generaba un odio colosal, sin explicación aparente. La mirada altiva de Sasuke y el tono petulante en su voz lo llevaban al límite, pero se contuvo. No emitió sonido alguno a pesar de la brusquedad con que el Alfa apretó su mandíbula. Naruto aguardó a que el tipo perdiera el interés en él por la razón que fuera. Y, por fortuna, no necesitó hacer nada más. Uchiha soltó su rostro con desprecio y se alejó, dirigiéndose a la parte superior de la litera.
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Prisión
FanfictionLa vida en prisión no era fácil, sobre todo si fingías ser alguien diferente. Naruto tenía que luchar para que no descubrieran su secreto, pero conoció a ese Alfa de mirada oscura que solo buscaba arrinconarlo en su propio juego. SasuNaru / Omegaver...