𝙀𝙣𝙩𝙧𝙚 𝙨𝙪𝙚ñ𝙤𝙨... 𝙮 𝙚𝙣 𝙥𝙚𝙧𝙨𝙤𝙣𝙖, 𝙖𝙧𝙝

El agua de Moana

Me está sudando el culo como para llenar ochenta mil piscinas.

Ese no es el punto, en éste momento estaba haciendo agüita de horchata.

Puro pinche team Horchata.

En fin, un agua de calzón en el agua de horchata, nada puede malir sal.

—Éste libro está más viejo que Tutankamón...

Las letras ya casi ni se distinguían y estaba todo maltratado, parecía reliquia del año del caldo.

Lo había encontrado en el sótano cuando estaba buscando una muñeca que mi papá había metido ahí por accidente, le pregunté a mi mamá de que era el libro y casi me hace un exorcismo.

Me dijo: '¡¿De donde sacaste eso?! ¡Quemalo! ¡Tiralo al Barranco o algo! ¡No lo quiero en mi casa!'

Y pues me lo tuve que quedar.

—.... ¿Sangre? – miro el libro un momento antes de encogerme de hombros y pincharme el dedo con la punta de un cuchillo – Tres gotas...

Puta, se me fueron seis...

Soy pendeja.

Igual, ¿que puede salir mal?