Amor En La Línea Defensiva (neneefthy X Tn)

capítulo 23

[Reencuentro desafortudanos p1]

rakkun: nene nene nene !!!!

nene: que?!

rakkun: préstame 5 pesos 

nene: pinche pobre - abre su cartera - ten - le da los 5 pesos- 

rakkun: gracias hermosa

nene: no ahi de que 

rakkun: me acompañas a la tienda ?

nene: va 

Al acercarse a la entrada de la escuela, el ruido de un motor les llamó la atención. Ambas giraron la cabeza justo a tiempo para ver un autobús de otro colegio estacionándose frente a la entrada. Estaba decorado con los colores y el logo de una escuela vecina, y desde las ventanas, se asomaban algunos estudiantes, observando el entorno con curiosidad.

Nene: que hacen aquí?

Rakkun: tn no te contó?

Nene: que cosa?

Rakkun: ellos ya estan jugando los octavos de final y van a ser un partido de visitante y otro de local

Nene: ah que fastidio y a todo esto donde esta tn ?

rakkun: esta con lily y parra  

nene: bueno 

/ con tn/ 

tn: porque no mejor te metes tu cuchara por el culo !!

parra: y porque no mejor te vas a la verga !!

lily: jajaja

tn y parra: tu cállate lily 

lily: es que ambos son unos pendejos como se les va a olvidar traer la pinche tabla periódica y encima que vamos a tener prueba 

tn: puta madre parra piensa 

parra: que crees que estoy haciendo mierda 

tn: piensas muy lento cabron, ya se me ocurrió algo lily préstanos tu tabla 

lily: para que? 

tn: le sacamos fotocopia 

parra: con que dinero? 

tn: pedimos fiado 

parra: pero yo ya le debo mucho a la bibliotecaria

tn: pero yo no  

parra:  si es cierto, que estamos esperando vamos!!

tn: ya rugiste perra  

lily: la quiero intacta cabrones - le da la tabla periódica-

Al tener la tabla en sus manos ambos amigos saldrían corriendo hacia la biblioteca mirando por casualidad el autobús del otro colegio, por distraído  no notaria a una chica de pelo largo de color negro con sus ojos cafes y una bonita figura; por poco parra chocaría con ella  

parra:  perdon 

 TN y Parra entran en la biblioteca con aire de urgencia. Las puertas de cristal se cierran suavemente detrás de ellas, amortiguando el bullicio del exterior. La luz suave se filtra por las amplias ventanas, iluminando estantes llenos de libros bien ordenados. El sonido de pasos sobre el suelo de madera se mezcla con el ligero susurro de las páginas.

Parra, un poco más ansioso, se adelanta, casi tropezando con una silla. Ambos se dirigen al mostrador, donde una bibliotecaria, una mujer de cabello canoso recogido en un moño, los observa con curiosidad detrás de sus gafas.