AHORA Y PASADO

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[...]

—¡Mami, por favor, parad! —dijiste llorando mientras intentabas zafarte de sus jalones a la clínica.

Te miro también llorando de rabia.
—¡No! —su grito ahogado por las lágrimas resonó incluso sin que estén entre cuatro paredes y sin mero importar de que personas les miraban con curiosidad— Eres una estupida..., eres mi hija..., te odio... —se le desgarraba la voz— ¡Te odio!

—No..., mami...

La dejo en medio paso cebra con la luz verde.

—¡No dejaré que mi hija se muera! ¡¿Entiendes?! No importa..., no importa..., te amo... ____.

—Mami... —tus manos dolían por las piedrillas que se te clavaron al caer, pero dolía más verla a ella, su cuerpo temblaba, tu corazón se encogía por ser otra persona que le lastimó el alma y peor la fuente de todo ella, su corazón— Mami..., no estoy loca..., mami... —seguías sollozando porque todo esto era tu culpa, tú estupida mente tiene la culpa— mami... por favor...

[...]

—____, ¿qué tal con tu new mami? Ya ha sido un mes...

Rodaste los ojos al verlo intentar soñar en sonar cool frente a los adolescentes que atiende e incluso a ti, que ya no es su deber, pero lo hace. Lo hace porque sabe que lo necesitas, lo hace porque aún te adaptas, pero tu no lo ves de aquella manera.

—Bueno, mi quieridisimo hippie..., que te cuento...

Sonreíste porque él siempre te ayudaba a sacar esa parte de ti, esa que se apagó cuando tú madre te descubrió en el baño..., que se apagó cuando tú papi te golpeó con el cinturón..., cuando muchos adolescentes te miraron y se rompieron de risa mientras te daban sermones cada cinco minutos de dar vueltas por el centro.

—Suelta lo queráis you.

Tu corazón latió más rápido al verlo sacarse la bata de médico psiquiátrico.

—Giyuu, párale con eso de..., —cruzaste los brazos e hiciste una mueca— flow, nena. Flow.

Él también te mostró esos dientes perfectos y risa masculina, risa que derrite a quien sea, incluso las enfermeras babean por él, y obvio que si, ¿quién no? Alto, musculoso, pero flaco a la vez, esa cara de tener testosterona y tu muy segura de ello, un ingle grandote que seguro ya a tocado a varias vaginas. Pero, eso en aquel momento no era importante porque él siempre te lo ha dicho, eres como su hermanita. Una enana hermanita.

—Vale, vale. —se aclaró la garganta en juego como siempre— Bien. Poniéndonos serios..., —se puso los lentes y tomó su libreta de spiderman, cual le compraste por su cumple consiguiendo verlo enojado y feliz al mismo tiempo porque para comprar fue necesario fugarse del centro psiquiátrico.

—La libreta no va a juego con tus palabras, Giyuu-san.

Sonrió de un lado mostrando un hoyuelo.

—____...

Lo miraste a los ojos y suspiraste.

—Bien, se supone que bien...

—Bien, es suficiente con demasiado, ¿no?

—Va. Sé que no es lo mejor..., pero...

Fueron interrumpidos por una enfermera con la que Giyuu según rumores se a liado varias veces en varios lugares del centro y obviamente teniendo sus precauciones por lo que por ello siempre se libra de cualquier acusación, la enfermera informó que había un paciente urgente y Giyuu, como el mejor, debe ir a chequearlo y significa...

Tomioka x TnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora