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Max cruzó la bandera que indicaba el fin de la carrera con una sonrisa de oreja a oreja. Su rostro expresaba pura felicidad por haber ganado la carrera de Países Bajos. La multitud explotó en aplausos y gritos. Su equipo fue con él y celebraron dándose un abrazo, felicitándolo.

Max solo quería terminar rápido para ver a su familia, que estaba esperándolo en el paddock con sus rostros llenos de felicidad.

Max corrió hacia ellos y los abrazó cuidadosamente para no lastimar a Yuki. Max vio a Sergio con lágrimas en sus mejillas, lágrimas llenas de orgullo por su pareja, que más que nadie sabía lo importante que era para él ganar en su hogar y poner en alto el nombre de Países Bajos.

— ¡Lo hiciste, mi amor! ¡Eres el mejor! — le susurró en el oído a Max, y él lo besó en el cachete porque estaba su pequeño presente. Compartir este momento con su familia fue lo mejor. Sintió que todo el esfuerzo valió la pena.

— ¡Papi, papi! ¡Ganaste! — Max lo tomó cuidadosamente y lo abrazó, disfrutando el momento con su familia.

Después de la celebración en el circuito, Max, Sergio y Yuki se dirigieron a un restaurante cercano para celebrar su victoria en Países Bajos. Yuki no podía hablar de otra cosa que no fuera la carrera y de cómo había sido el más rápido de todos. Sergio miraba a Max con orgullo y amor, pensando en lo mucho que había trabajado para obtener esta victoria.

— ¿Recuerdas cuando empezaste en karting? — preguntó Yuki, sonriendo. Max asintió, devolviéndole la sonrisa.

— Claro, como podría olvidarlo. Yuki, tu papá era un joven con sueños grandes — le respondió Max a su hijo, que escuchaba con atención.

La cena fue llena de risas y recuerdos, disfrutando del momento familiar y saboreando la comida. Después, Max miró a Sergio y le tomó la mano.

— Gracias por estar aquí, no podría haberlo logrado sin ti, mijn liefde — Sergio sonrió y apretó su mano.

— Siempre estaré aquí para ti, mi amor, y para nuestro pequeño campeón — dijo Sergio.

Después de la cena, la familia se dirigió a la casa arrendada. Yuki se durmió agotado por la emoción del día. Max y Sergio lo llevaron a la cama y lo acostaron, mirándolo con ternura.

— Es increíble cómo crece, ¿no crees? — dijo Sergio, acariciando el cabello de Yuki.

— Lo sé — habló Max — parece que fue ayer cuando lo trajimos del hospital y todos lloraban por lo lindo que era — dijo sonriendo mientras se sentaba a un lado de Yuki. Sergio se sentó a un lado de Max y le agarró la mano con delicadeza.

— Has sido un padre increíble, Max. Yuki adora verte correr y te admira tanto como yo lo hago — dijo Sergio para levantar la mano y Max y llevarla a sus labios, dejando un dulce beso. Max sonrió, sintiendo el gran amor de su familia.

— Gracias a ti por permitirme ser parte de tu vida y la de nuestro hijo. Ustedes son mi razón de vivir y mi motivación en cada carrera — dijo Max, sonrojado. Sergio se acurrucó en el hombro de Max, y él lo abrazó, disfrutando la tranquilidad de su familia. Sabía que pronto tendría que volver a entrenar para su próxima carrera, pero ahora solo quería disfrutar del momento en familia.

Al día siguiente, todos se despertaron para disfrutar del día en familia en Países Bajos. Después de un delicioso desayuno, decidieron ir al parque a petición de Yuki, para que pudiera jugar. Mientras Yuki corría por el parque, Max y Sergio se sentaron en una banca donde pudieran verlo. Sergio se apoyó en Max, y él lo abrazó, sonriendo.

— Sabes que — dijo Sergio después de un rato, —yo creo que es momento de otro bebé — Max se sorprendió un poco y se sonrojó.

— Me encantaría tener una mini versión de los dos — dijo Max, tratando de sonar calmado.

— Yuki necesita un hermanito o hermanita para jugar — Sergio se rio. — Bueno, esperemos que sea una hermanita. Yuki ya es un pequeño príncipe — dijo Sergio, mientras besaba su mejilla.

Yuki vino corriendo hacia ellos con una bella sonrisa.

- ¡Papi! ¡Mami! Subamos a un tobogán — dijo. Max y Sergio se levantaron y se miraron, y acompañaron a Yuki a los toboganes. Sabían que este solo era el comienzo de una nueva vida.

Después de un día de diversión en el parque, Max, Sergio y Yuki regresaron a la casa arrendada para descansar. Después de haber bañado a Yuki y ponerle ropa cómoda para dormir, el pequeño principito se durmió al sentir las sábanas cubriéndolo. Max y Sergio se sentaron en la sala de la casa, disfrutando de un vino y charlando sobre sus planes para el futuro. Hablaron sobre mudarse a una casa más grande con un jardín muy grande, para que Yuki y sus hermanos nunca se aburrieran.

— Un hermanito o hermanita — agregó Sergio, sonriendo. Max sonrió.

— Sí, eso es lo próximo en nuestra lista — Justo antes, sonó el teléfono de Max. Era su manager, llamando para hablar sobre la próxima carrera.

— Lo siento, mijn liefde — dijo Max, antes de atender la llamada. — Tengo que atender esto —Sergio asintió y se levantó para ir a ver cómo estaba Yuki.

Max habló con Raymond, discutiendo sobre las próximas estrategias y planes para la siguiente carrera. Después de colgar, se levantó y se fue a buscar a Sergio y Yuki. Los encontró en una habitación, jugando con unas monoplazas de edición Red Bull.

— ¿Qué pasó, amor? — preguntó Sergio, al ver la expresión de Max.

— Es la próxima carrera — dijo Max. — Será en Monza, en Italia, y Raymond piensa que podemos ganar — Sergio sonrió.

— Lo harás, amor. Eres el mejor piloto. Estoy seguro de que ganarás —

Max se sintió motivado por las palabras de Sergio. Sabía que con su apoyo, podía lograr cualquier cosa. Max se sintió emocionado al pensar en la próxima carrera en Monza. Sabía que era una de las pistas más desafiantes del campeonato, pero también sabía que tenía la habilidad y el talento para ganar.

Sergio y Yuki lo acompañaron a Italia, y juntos exploraron la ciudad. Max se sintió relajado y enfocado, sabiendo que tenía el apoyo de su familia. El día de la carrera llegó, y Max se subió a su monoplaza con confianza. Sergio y Yuki lo miraban desde la tribuna, con los corazones llenos de amor y orgullo.

La carrera empezó, y Max se lanzó a la pista con determinación. Manejó con precisión y velocidad, superando a sus rivales uno por uno. Sergio y Yuki gritaban de emoción cada vez que Max pasaba por la tribuna. Yuki agitaba su bandera con el nombre de su padre, y Sergio lloraba de alegría.

Finalmente, Max cruzó la bandera a cuadros en primer lugar, ganando la carrera. Sergio y Yuki corrieron hacia él, y Max los abrazó, como siempre.

— Lo hiciste, mi amor —gritó Sergio.

— Papi, eres el mejor — gritó Yuki.

Max sonreía, rodeado por las personas que más quería. Sabía que había logrado algo increíble, y que nada podía superar la felicidad que sentía en ese momento.

— Felicidades, Max. No dejaste ni el primer lugar — dijo Charles, sonriendo.

Max se volteó. —Agradece que te deje el segundo puesto — dijo Max, mientras reía.

Hola, soy yo, Valy. Bien, solo quería decir que el primer capítulo es solo un recuerdo de lo vivido, saben. El año de ese recuerdo es el 2019 y, cuando Yuki cumplió 1 año, era 2020. Y ahora, en este capítulo, estamos en 2024. Normal, si tienen alguna duda, pueden preguntarme sin problema
🤍

Un Padre Para Mi Hijo / ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora