"𝘝𝘢𝘭𝘪𝘰 𝘭𝘢 𝘱𝘦𝘯𝘢, 𝘖𝘥𝘪𝘴𝘦𝘰?". #𝙊𝙙𝙮𝙝𝙖𝙢

⏳.𝐈𝐕.⌛

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𝐄𝐧𝐯𝐢𝐚𝐫𝐥𝐞 𝐜𝐚𝐫𝐭𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐚𝐦𝐨𝐫.

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Veía como su expresión calmada se convertía a una confundida, mi cuerpo lívido por la presión de tener en frente de mi un guerrero troyano era evidente.

Pero aquella tensión poco a poco se fue llendo cuando una risa ruidosa lleno aquel espacio que estaba lleno de rabia o confusión.

— ¿Guerrero troyano? — limpio una pequeña lágrima que salió de su ojo — Por favor no me hagas reír, ¿Crees que este cuerpo puede ser el de un guerrero?

— Este...

Siguió burlándose de mi, la vergüenza se extendió por todo mi cuerpo tiñiendo mis mejillas de un tono rojizo.

Rei tímidamente para acompañarle a aquella risa hipnótica como el canto de una sirena.

Luego de burlarse de mi por un gran rato, recordó lo más importante para los dos en estos momentos.

— Mierda se me olvidó la comida-

Me obligó a que le ayudara a buscarla, y aunque mi ego se negó por un momento, lo ayude aún asi ya que nunca se sabe lo que te puede hacer un loco en una isla.

Lo ayude a recolectar mariscos, alguna que otras verduras, mientras lo ayudaba, me explicaba a detalle lo que debía a hacer, y sentía una chispa creciendo adentro de mi.

Poco a poco, iba aceptando la idea de tenerlo un nuevo amigo, la estaba pasando a gusto, aún con sus pequeños regaños y burlas, era gracioso verlo así.

Al comer, no teníamos un tema en general para una conversación, así que simplemente nos quedamos callados viendo al alrededor.

Al ver el cielo, ví a un pájaro alzar vuelo, sonrió mientras bajaba de nuevo mi cabeza para ver qué estaba atado a la tierra.

Al seguir comiendo ví como Alexander se puso a jugar como un niño pequeño con un par de piedras, había dejado de lado su comida.

Deje mi comida a un lado y me dispuse a jugar con el, era como si volviera a ser un niño pequeño otra vez.

Jugamos hasta que nuestros platos a medio comer se enfríen, para mí, fue el momento más cálido que había pasado con el desde que lo había conocido.

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Al llegar la noche me dispuse de nuevo a dormir en el suelo. Aunque estaba algo incómodo, ya no podía quejarme si el dueño de la casa decia que dormia en el suelo dormia en el suelo.

Pero, aún recuerdo algo de lo que pasó esa noche, Alexander me llamo un momento para ver las estrellas por un momento.

Charlamos un poco, Pero siempre estábamos concentrados en aquel cielo, Aunque los acontecimientos que había pasado con Zeus aún me perturbaban, una sensación de calidez aún irradiaba en mi cuerpo al estar al lado de Alexander.

— Mira, una estrella fugaz —Sus ojos brillaron con ilusión, miro a su costado viendo al hombre de aspecto cansado entrecerrando sus ojos— ¿Deseaste algo?

— La verdad no tuve tiempo...

— ¿Y que pudiste haber deseado?

— Yo hubiera deseado... —Se tomo un momento de silencio para si mismo— Haber estado con ella un poco más de tiempo, enviarle para toda su vida una carta de amor...

Con un suspiro pesado ví como se retiro de la ventana, me deseo las buenas noches, y de allí me quedé solo por un momento.

Luego de un tiempo me retiré de la ventana, me acosté en el suelo duro y frío, cerré mis ojos para ya no abrirlos hasta el día siguiente.

Hasta el día de hoy, no se la razón por la que el le mandaba cartas de amor, uno de los pocos misterios que nunca supe de Alexander.

*vuelve a escribir después de 20 años* Hola, perdón por el retraso de este capítulo, ¿Se dieron cuenta que este fue el primer capítulo en el cual Odiseo no mencionó a Penélope?