En la vida se nos obliga a tomar decisiones que cambian el rumbo de nuestros sueños tan drasticamente. Tan inesperado, tan absoluto, tan lleno de la convicción de querer hacer lo correcto... sin darse cuenta de que no solamente se está cambiando el...
Seiya regresó a su realidad. La observó de nuevo. Ella era tan linda, tan inocente. "¿Has viajado por la galaxia tu sola para obtener respuesta a esa pregunta?" La vio asentir muy tenue. "¿Qué te gustaría que te dijera?" Pasó de nuevo sus brazos detrás de su nuca, muy despreocupado. "Solo fue algo que dije en el momento. Era nuestro último concierto. Fue una etapa nunca antes vivída y me dejé llevar por el momento. Eso fue todo."
La mirada de Serena podía decir demasiado. "¿Solo... fue por el... momento?" Desvío la mirada. No entendió esa respuesta. No entendío el significado de momento. O posiblemente no entendía por qué sintió algo extraño al escuchar esa respuesta. ¿Posiblemente porque no se trataba de una respuesta que hubiese esperado? "Seiya... tú..."
"Vamos, Serena. No creíste realmente lo que había dicho, ¿verdad? No tenía más significado que una simple despedida. Después de todo... llegamos a divertirnos mucho durante el tiempo que estuvimos en tu planeta. Creo que... fue una experiencia única. Además, sabia que nunca más iba a volver. No tenía que tener un significado especial, solo que sabía que no regresaría y me hubiese gustado conocerte antes para que pudiéramos conocer más de tu planeta." Se mantuvo con la mirada fija a la nada. No se atrevía a mirarla a pesar de que sabía, sentía, que ella no despegaba la mirada de él.
"Pareces... diferente." Finalmente Serena se puso de pie. "Esta bien. Obtuve la respuesta que buscaba. Esta bien. No tenía porque haber pensado diferente en ningún momento. Yo... yo hice lo que tenía que hacer. Yo... yo no... no tengo más que hacer aquí. Esta bien. Si. Todo está bien." Arregló su cabellera mientras ella misma dudaba de su siguiente frase. "Si. Esta bien." Extendió la mano de nuevo hacia él, quien se mantenía sentado sobre el césped. "Hice muy bien. Si. Hice muy bien. Gracias por recordarme en donde pertenezco."
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Seiya no la miró ni a ella ni su mano. Él mantenía su mirada perdida a la nada. "No lo necesito." Doblo sus piernas para recargar sus brazos en ellas. "Puedes deshacerte de el."
Ella se mantuvo en el mismo lugar un momento más de pie observándolo. Presionó su mano ocultando el llavero. "Adiós... Seiya." Dío media vuelta para alejarse de ahí lo más rápido que pudiera. En realidad esto no era para nada como ella se había imaginado que sucedería.
En ese momento Seiya la miró alejándose. Había podido ver algo en su mirada. Ella se iba dolida y muy posiblemente nunca más quiera volver a saber de él.
No pudo soportarlo.
Seiya se levantó corriendo y emprendió camino hacia ella. Pero justo en ese momento la dama plateada apareció delante de él, impidiéndole el camino. "¿Hacia a donde te diriges, guardián?"
