capítulo 1: Morgan

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Día 0 de la Tormenta.

¡Noticias importantes! Se les... a los... Garden Valley... tormenta se aproxima, se... suministros... desconoce... tiempo...

—Parece que la señal sigue inestable.

El aire limpio del local es encantador, las personas pasan de un lado a otro, comprando y charlando entre sí.

Las estanterías del lugar se encuentran repletas de comida enlatada y/o instantánea, sopas, pastas y embutidos.

Unos pasos arrastrados cruzan un pasillo vacio, al final del camino, se encuentra un puesto de carnes.

Atendiendo el puesto, un gran hombre vestido con un delantal saluda con la mano.

— Eh, Morgan, ¿Qué tal tu día? ¿Qué vas a llevar el día de hoy?

El carnicero mantiene su sonrisa, inclinándose en la vitrina.

Morgan levanta la mirada para poder observar al sujeto, mueve a un lado su flequillo y fuerza una sonrisa.

—Hola, André, —Baja la vista a la vitrina, observando los productos.

La variedad era poca, quedando apenas picadillo y algún bistec.

— ¿Hay algún problema? —Preguntó André, ajeándose de la vitrina para proceder a acomodar su ropa.

—Eh, no, para nada, solo me parece extraño que tengas tan poca mercancía.

André suspira, bajando la cabeza de forma exagerada.

—Que te puedo decir, la demanda es demasiada estos días, y mi importador ha tenido problemas para transportar la carne.

—Supongo que todos están alarmados por el tema de la tormenta. —Morgan apunta al bistec mientras indica el número 2 con su otra mano. —Según parece, la tormenta comenzará en unos días y no parará hasta que termine el mes.

André recoge lo indicado y lo embolsa, pasándolo a Morgan junto con el precio anotado en un papel.

—Bueno, que se le va a hacer, supongo que tendré que tomarme un largo descanso hasta que todo acabe.

Unas personas se acercan al lugar, Morgan las observa y se aleja de donde están, pasando al final del mostrador.

—Supongo que sí... —La vista de Morgan se fija en quienes se acercaron, luego vuelve a André, se despide con la palma y se va junto a la bolsa.

Morgan camina por los pasillos, observando los productos que se encuentran.

— ¿Por qué hay tantas latas? Esto parece un Fallout.

La gente camina sin parar, todos corriendo de un lado a otro, hablando entre ellos y recogiendo las compras.

Dos jóvenes de la edad de Morgan se detienen justo en su camino.

Morgan los observa sin decir nada, para luego darse la vuelta.

Con sus manos dentro de los bolsillos de su chaqueta y sus pies arrastrándose por el suelo, Morgan se mantiene cabizbajo, buscando evitar el contacto con otras personas.

Al llegar a uno de los mostradores de la tienda, Morgan pone la bolsa en la banda y extiende el papel hacia el empleado junto con el dinero, para luego salir corriendo apenas firma el papel.

El cielo está despejado, las personas en la calle parecen alegres.

Morgan, en cambio, avanza entre todos, ignorando sus rostros, ignorando sus voces, solo pasando de largo, levantando la mirada de vez en cuando para asegurarse de ir en la dirección correcta.

La tormenta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora