Narrador (Mark): Bien, en este punto tampoco hay mucho que contar, una vez que aprobamos y formalizamos nuestro deseo de ingresar en la IFR, nuestro tutor nos felicitó, nos graduamos y pasaron los dias. Una semana después, unos hombres trajeados nos llevaron a unas furgonetas donde nos pusieron unos sacos en la cabeza y nos sedaron con algo parecido al cloroformo, según me contaron, estábamos en unas instalaciones especiales, alli habia infinidad de maquinas y artilugios para entrenar, el lugar era cuanto menos espacioso, por no decir inmenso
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Al llegar a las instalaciones, los hombre me otorgaron una carta, esta se encontraba dentro de un sobre de platino, sellada con lacre real.
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En mi caso me tocó como entrenador un viejo Carcamal llamado Luis del Monte, un señor con notables años de veteranía a la espalda, el cual daba señales de haber visto de todo menos bonito.
Resulta que este señor de apariencia afable y bonachona, resultó ser el mayor desgraciado que podrías encontrar, nada mas me vio, me pregunto sobre mi quirk, y acto seguido me mando el entrenamiento de acondicionamiento mas extremo que haya visto en mi vida, el cual, como es obvio relataré.
Las primeras dos semanas se dedicó a forzarme a establecer una base solida con la cual poder progresar, se basaba en alternar dias principalmente:
Los días 1, 3 y 5 tenia que realizar entrenamiento de fuerza y acondicionamiento cardiovascular.
Empezaba con un calentamiento de 10 minutos de estiramientos y 5 minutos de cardio ligero.
Despues de eso sin parar a descansar tenia que hacer entrenamiento de fuerza: 4 series de 20-25 repeticiones de ejercicios compuestos como sentadillas, peso muerto, press de banca, pull-ups, etc.
Al final, debía de realizar cardio intenso: 60-70 minutos de intervalos de alta intensidad (HIIT).
Los dias 2, 4 y 6 debía de realizar entrenamientos de resistencia cardiovascular y flexibilidad: Realizando el mismo calentamiento que los otros dias, pero despues venia lo complicado.
¡180 minutos de carrera en cinta con unos niveles de oxigeno equivalentes a estar a 8000m sobre el nivel del mar!
Como comprenderéis, esos dias quería matar a mi coach.
El Septimo día, además de las tardes , las dedicamos enteramente a mi quirk, una cosa de la que me percaté, es que Luis era un maldito genio en todo lo respectivo a los quirks, en solo dos dias, creo tácticas y vaticinó posibles habilidades que mi quirk podría poseer, por ejemplo, moldear mi energía vital a mi antojo, sorprendentemente acertó.
¿Como lo hizo? desconozco esa información.
En las semanas 3 y 4, llego lo que denominé como "Crevasse", esto debido a que sentía que me desplomaría en cualquier momento, era como una gran brecha infranqueable.
En estas dos semanas, seguí el mismo patrón de entrenamientos:
Los dias 1, 3 y 5 tuve que realizar Entrenamiento de fuerza avanzado y acondicionamiento cardiovascular:
El mismo calentamiento de siempre seguido del entrenamiento de fuerza, 4 series de 6-8 repeticiones con cargas 3 veces más pesadas. Tras eso, cardio intenso de HIIT, unos 90 minutos mas o menos.
Los dias 2, 4 y 6 debía de realizar entrenamientos de resistencia cardiovascular y flexibilidad: Realicé el mismo entrenamiento de las primeras semanas pero en vez de trote ligero, corriendo.
El septimo dia tocó un descanso completo.
La quinta y última semana simplemente estudié como un borrego para aprobar el examen de admisión a la IFR.
Eso seria mas o menos lo básico, una vez finalizada la "tortura", y a escasas horas de iniciar el examen, Luis se acercó a mi, y me dijo unas palabras que se marcaron a fuego en mi memoria:
"Muchacho, pon en la maleta un traje y una sábana. El traje lo usarás cuando bajes del avión con la carta de admisión en tus manos. Y la sábana por si pierdes y debes largarte a vivir a Arabia, porque aquí no vas a poder... ¡Eso es lo que significa este examen! ¡Gloria u olvido, evasión o victoria!
¡¡¡TRAJE O SÁBANA!!!"
Aquellas palabras me llegaron a lo mas profundo del alma, me sentía, como un niño escuchando los consejos de un padre demasiado viejo para ser llamado así.
Sin embargo, cada vez que vuelvo a pensar en aquellas palabras, me doy cuenta de lo acertadas que eran, de la razón que aquel mentor tenía y de lo inexperto que era y sigo siendo en estos momentos...
Tras eso, hice lo que me pidió, metí en la maleta un traje y una sábana, y me adentré en el avión junto a mi amigo koro, el cual no había visto desde hace un mes, y tomamos rumbo hacia el lugar donde se tomaría el examen de admisión: "Zilquat, la gran fortaleza"