El Lenguaje Secreto de las Flores [KdFd+Otros]

Capítulo 07: Fresia

Nota de Autor: En este capítulo comienza a manifestarse finalmente el Hanahaki, porque no hay que olvidar que es un AU de Hanahaki como expliqué al comienzo.

Los personajes afectados van a verse manipulados por la enfermedad y van a tener algunos cambios (a veces) de comportamiento y personalidad basados en sus flores =D

Algunos personajes van a verse afectados antes que otros y mi idea es ir dando pistas hasta que diga oficialmente "tiene hanahaki" porque creo que es más interesante así :)

Salvo en los casos de este capítulo que sí quería dejar claro desde el comienzo que están sufriendo. 

Fudou colgó la llamada con un suspiro de preocupación y entró de nuevo al hospital para dirigirse a la sala de espera frente al pabellón quirúrgico donde varias personas más aguardaban con rostros impacientes y tristes. El entrenador se acercó a dos de los adultos y se sentó a su lado en silencio, con los dedos entrelazados, la barbilla en el hueco que formaban sus pulgares y los codos sobre sus rodillas. Diez minutos después su posición había cambiado por completo y estaba sentado con las piernas abiertas, los brazos cruzados y recostado en el respaldo. Diez minutos más y estaba con las piernas cruzadas, sentado de lado y moviendo el pie impaciente.

Ninguno de los demás adultos dijo nada, pero estaba empezando a poner muy nerviosos a todos, incapaz de permanecer sentado en la misma posición como un niño con hiperactividad.

La mujer que tenía al lado sollozaba de vez en cuando, con un pañuelo en la mano y los ojos hinchados. Junto a ella había un hombre que permanecía inamovible aunque con los ojos enrojecidos y mueca desolada.

Ellos eran los padres de Matsukaze, que habían acudido al hospital tras su hijo. Y estaba claro que aquel no era el desenlace que esperaban al viajar desde Okinawa para ver la Ceremonia de Selección del equipo nacional japonés. Fudou se había disculpado con ellos en cuanto Matsukaze entró a quirófano; pero ellos creyeron que debían agradecerle su rápida intervención pues de no haber atrapado a su hijo en la caída este podría haberse hecho una lesión mucho peor o incluso romperse el cuello. El hombre de ojos verdes intentó restar gravedad con una sonrisa consoladora que él mismo estaba lejos de sentir, mas dentro de él seguía aquel bolo de culpa. ¿Qué decía de él como entrenador que hubiera permitido que lesionaran a uno de sus chicos nada más comenzar? Apretó los puños con furia, volvía a sentir aquella necesidad instintiva y salvaje de arrancarle la cabeza a Endou.

Un especialmente fuerte sollozo sacó a Fudou de sus pensamientos y se giró en la silla en la que una vez más había cambiado de posición. La señora Matsukaze se cubría los ojos con el pañuelo, visiblemente avergonzada por llorar en público pero sin poder evitarlo. Él se mordió el labio inferior sin saber cómo dirigirse a la madre del chico, tratar con los padres de sus jugadores era la parte que más le costaba de su trabajo, pues muy dentro de él todavía recelaba de los adultos mayores que él que no conocía.

Sus ojos verdes se deslizaron por las facciones de la mujer y apretó los labios. Sabía que el Fudou de catorce años le hubiera dicho con gran sarcasmo que aquello no era para tanto, que una lesión no era el final y que volvería a jugar, igual que hizo con Fubuki cuando este debió dejar Inazuma Japan por su lesión. Pero el Fudou de aquel momento, de veintisiete años y padre de dos chicos, incluso si uno de ellos no era biológico, le hubiera arrancado la cabeza a quien se hubiera atrevido a decirle algo así en el caso de que sus niños se rompieran una pierna.