La línea entre el odio, la obsesión, el deseo y el amor puede ser muy delgada. Min Yoongi no conocía el odio real, no al menos hasta que su camino se cruzó con el de Jeon Jungkook
Secuestrado por una banda de traficantes, Yoongi termina en una subas...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Un juguete para un jeque.
Eso es lo que es Min Yoongi, un chico heterosexual vendido a uno de los hombres más ricos del mundo.
Lo que el no comprende es que esté enamorado del bastardo cínico y de corazón frío que lo compró como si fuera una cosa. Yoongi odia a ese hombre. Lo aborrece por completo.
Pero en poco tiempo, el odio obsesivo comienza a convertirse en una obsesión, pura y simple; y luego en algo mucho peor.
Desear a ese bastardo ya es bastante malo.
Necesitarlo es repugnante.
Sus sentimientos no son reales. Es un pájaro bonito en una jaula dorada. Un pequeño secreto sucio.
Pero cuando la jaula eventualmente se rompa, ¿Podrá aprender a vivir sin ella? ¿Sin él?
