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Después de que terminase la subasta, las cosas se movieron tan rápido que todo se volvió borroso

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Después de que terminase la subasta, las cosas se movieron tan rápido que todo se volvió borroso.

Yoongi sintió que todo le estaba pasando a alguien más, no a él. Una parte dentro suyo aún esperaba despertar en cualquier momento. Obviamente sabía que el tráfico sexual era un problema real en el mundo, pero como la mayoría de las personas, nunca pensó que le podría pasar a él.

Lo habían comprado. Comprado. Como a una cosa.

¿Quién habla sido el comprador? Eso todavía era un misterio.

El hombre que entregó a sus secuestradores un maletín con el dinero, y recogió a Yoongi en nombre del ganador de la subasta, estaba cubierto de pies a cabeza. Sus ojos negros eran la única parte visible de él mientras éste y los matones lo conducían hacia el auto que esperaba. El auto no tenía matrícula. Y esto hizo que se sintiera extremadamente incómodo. Todo éste secreto parecía indicar que el ganador de la subasta estaba muy metido en el armario o tenía la intención de enterrar su cadáver sin testigos después de que terminara con él. O ambos.

El viaje en auto fue largo.

El hombre no habló, ignorando por completo sus preguntas y sentándose muy quieto en el asiento opuesto. Tal vez no entendía coreano.

Por fin, Yoongi se rindió y cerró los ojos, mientras el viaje en coche arrullaba lentamente su cuerpo cansado, hasta llevarlo a un sueño inquieto.

Cuando despertó, ya no tenía las esposas. El hombre también se había ido del asiento de enfrente.

En su lugar había alguien más.

Se puso rígido y su corazón latió más rápido al reconocerlo.

—Tú.. —entrecerró los ojos en reconocimiento.

El jeque Jeon Jungkook ibn Mustafa lo miró con inescrutables ojos.

—¿Por qué? —preguntó Yoongi,  sintiéndose más que un poco confundido. No había nada en los ojos contrarios mientras lo miraba. Sin rastro de lujuria, como la hubo en los ojos de muchos otros posibles compradores. En todo caso, este hombre parecía casi reacio a poner sus ojos en él, como si incluso mirarlo le doliera por alguna razón.

—¿Cuántos años tienes? —preguntó éste, finalmente.

—Veintiuno.. —contestó Yoongi. —¿Por qué? —se removió en el asiento, pensando en alguna manera de escapar.

 El contrario ignoró su pregunta. —¿Eres heterosexual? 

Ante tal pregunta, el castaño entrecerró los ojos y lo estudió. Todavía no notó ningún interés carnal en su mirada. No tenía sentido.

—Sí. —respondió, aunque estrictamente hablando, tal vez no hubiera sido del todo sincero. Definitivamente no era gay; le gustaban mucho las mujeres. Pero había algunos tipos que había considerado atractivos en el pasado. Nunca había hecho nada al respecto, así que no estaba seguro si realmente era bisexual o había sido simple apreciación estética.

Cautivo - KookgiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora