Sweet Lord [Chestappen]

XII. Intereses y salidas

NOTA:

Contenido sobre historia y religión/politeísmo y monoteísmo. Leer bajo su propia responsabilidad; si no es de su agrado, abandone de inmediato la lectura.

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Los hechos aquí mencionados fueron modificados de como los conocemos para bien de la trama.

[...]

Hablar de la historia del imperio era algo que Sergio amaba con locura; desde que era niño y se reunía con otros niños, en lugares a donde sus padres tenían que asistir, el pequeño de pecas no se cansaba de contarles a todos lo orgulloso que se sentía de la historia y los hechos que llevaron al imperio a la gran comunidad que era.

Ahora, hablarle de eso a Max estaba por ser el sueño cumplido más grande para el joven rey; Max estaba mucho mejor, luego de ese inconveniente, las cosas estuvieron bien. Un par de días pasaron luego de ello, cada uno volvió a sus actividades rutinarias, como a sus encuentros y sesiones para la continuidad del retrato.

Iniciando el momento, el rubio comenzó con ligeras preguntas sobre los países que formaban parte de la comunidad de naciones, preguntas a las que Sergio respondía con rapidez y agilidad, solo para llevar una amena conversación.

—¿Cuántos años tiene el imperio? —preguntó de repente tomando un pincel y comenzando a deslizarlo con agilidad y cuidado sobre el lienzo—.

—Esperaba que me hicieras esa pregunta desde hace media hora —soltó una risita de emoción y se frotó las manos, preparándose para hablar hasta por los codos—. México primero estuvo regido por varios señoríos, todo ésto en la época prehispánica, hace unos cientos de miles de años. Luego llegaron los colonizadores españoles a fines del siglo quince, se apropiaron de todo lo que había, destruyeron todo a su alrededor y las evidencias de lo que antes habían sido los más grandes imperios en América, quedaron reducidos a cenizas.

>>Nuestros antepasados fueron tomados por esclavos, por sirvientes, muchos desvividos y otros muchos también obligados a llevar creencias y costumbres totalmente diferentes a lo que tenían. Fue un periodo difícil, hasta 1810 que comenzó la guerra por la independencia. Once años de feroces guerras y pérdidas hasta que se logró, el país logró ser uno, lejos de los europeos y sus mandatos; se estableció un primer imperio, que no resultó, por un tiempo fue una república y hubo presidentes, pero la mala administración y pérdidas del territorio obligaron que en un futuro no muy lejano se instaurara de nuevo el imperio, ahí es donde entran mis antepasados, los emperadores Carlota y Maximiliano. Había cierto descontento por parte de los políticos conservadores, pero el imperio logró fortalecerse hasta el punto que, cuando las tropas estadounidenses y francesas intentaron tomar el territorio, el ejército mexicano a órdenes del gabinete, tomó Francia, volviéndolo la primer colonia del imperio fuera del continente y recuperó el territorio que Estados Unidos había obtenido. España no se rendía tan fácilmente, e intentaron también reconquistar lo que antes había sido su más grande virreinato, pero como respuesta, México también tomó España haciéndolo su segunda colonia en Europa a finales del siglo diecinueve.

—¿Y qué más? —el rubio sonrió, totalmente ensimismado con la historia del imperio que el menor relataba tan fielmente—.

—¿Quieres saber más? ¿Seguro? —carcajeó—.

—¡Claro! Me ha parecido una historia digna, hermosa, llena de honor... —suspiró a la vez que dirigía su vista al pecoso solo por un momento, para luego continuar en el lienzo—. Creo que el imperio resurgió como el ave fénix.