!!!!snowed in the Grumpy!!!

capitulo 8

JIN:

Sonrío cuando siento a Jimin  jugueteando con mi pelo, y la cama
es tan cómoda que no quiero moverme.

—Buenos días, bichito del amor.

— le digo mientras me doy la
vuelta y rodeo su cuerpecito con los brazos. No estoy listo para abrir
los ojos, así que lo acurruco contra mí.

—Buenos días. — dice con un pequeño bostezo.

— ¿Dónde está  Namjoon ?
En cuanto me recuerda dónde estamos, abro los ojos. ¿Cómo he
podido olvidar que estamos en casa de Namjoon ?

Supongo que puedo
echarle la culpa a mi profundo sueño, porque no recuerdo la última
vez que dormí tan bien. Es aún más raro que Jimin  se despierte antes
que yo. Además de estar enfermo, tengo el sueño muy ligero desde que Jimin  llegó a mi vida. Todo lo que el tiene que hacer es darse vuelta
y yo me despierto.

—Puede que aún esté dormido.

— Le paso los dedos por los rizos para  arreglárselos.

—No, no lo está.

—Sacude la cabeza con dramatismo antes de
intentar zafarse de mi agarre. Le doy un beso en la mejilla regordeta
antes de soltarlo y me pregunto si ya se habrá levantado. Maldita sea,
debo de haber estado fuera. Hay algo en este lugar y en Namjoon que me
da una sensación de seguridad.
Jimin  se baja de la cama y corre hacia la puerta abierta. Me meto
rápidamente en el baño para asegurarme de que no estoy hecha un
desastre antes de perseguirlo  Cuando lo encuentro en una de las
habitaciones de invitados, veo que la cama sigue hecha. O namjoon  no
durmió en el o la hizo nada más levantarse.

—No lo encuentro. — Se encoge de hombros, levantando los
brazos...

—Seguro que no está lejos. — Una punzada de preocupación me
golpea, lo cual es una tontería porque sé que volverá.
Estamos en su casa, así que no es como si nos fuera a dejar. No
sería la primera vez que alguien me abandona. Esta sería la tercera
vez, pero alejo esos horribles pensamientos. Intento no pensar en mis
padres porque nunca sale nada bueno de ello.

— ¿Tienes hambre?— Le pregunto a Jimin , y asiente. —

¿Por qué
no le preparamos el desayuno a namjoon?

—Ralph. — me corrige Jimin

—Creo que es tu nombre especial para él, como cuando te llamo
‘bichito del amor’.

— Uso mi apodo para el para que entienda lo que
quiero decir.

—Mmm, bien.

— asiente.
Enciendo la televisión en el salón, pongo dibujos animados y,
cuando me asomo por la ventana, veo huellas de neumáticos que se
alejan de la casa. Siguen cayendo copos de nieve, pero no con tanta
intensidad como antes.
Este lugar es perfecto para Navidad. En casa nunca nieva, pero
aquí se puede pasar una blanca Navidad. Todo brilla afuera, y lo hace
impresionante. Entiendo por qué a cualquiera le encantaría vivir aquí,
en su propio mundo. Sería tan fácil olvidarse de todo lo demás.

— ¿Crees que Santa sabrá que estoy aquí?—

Jimin  se pone
delante de mí para mirar también por la ventana.

—Creo que sí.

— digo en voz baja antes de que se me forme un
nudo en la garganta.

La Navidad está a punto de llegar y no tengo nada que regalarle.
Mi plan era intentar parar en algún lugar y comprarle algún juguetito.
Recuerdo lo que es despertarse la mañana de Navidad sin nada y
pensar que Santa se ha olvidado de ti.
Mi madre nunca decía nada y fingía que no era fiesta.
Pasábamos el día como si fuera cualquier otro. Tardé años en darme
cuenta de que Santa no me consideraba un niño malo

.
—Vamos a ver qué tenemos que cocinar.

— Intento distraerlo
mientras nos alejamos de la ventana y entramos en la cocina.

Jimin  me ayuda a cascar unos huevos y a remover la mezcla para
pancakes, pero los dibujos animados no tardan en robar su atención.
Una vez terminado, dejo toda la comida en la isla de la cocina y cojo
algunos platos y jugo de naranja.
Miro la hora y, a medida que pasan los minutos, aumenta mi
preocupación por Namjoon  Estoy seguro de que las carreteras están en
mal estado y, aunque él esté acostumbrado, alguien más podría
acabar en el arcén.
O Jackson  podría haberlo encontrado.
Ese pensamiento me produce un escalofrío y me recuerda que
tengo que irme pronto. No solo por nuestra seguridad, sino también
por la de Namjoon. No puedo meterlo en este problema. Ya ha sido tan
amable con toda su ayuda. Lleva sus propios demonios y no necesita
los nuestros también.

—El desayuno está listo.

— le digo a Jimin antes de dejar su plato . Salta del sofá para ir corriendo, pero se detiene cuando oímos
un vehículo afuera.

— ¡Ralph! — chilla emocionado, y mi corazón da un extraño
aleteo que no estoy preparado para nombrar.
Cuando se abre la puerta y entra namjoon, Jimin  corre hacia él.
Apenas tiene tiempo de soltar lo que tiene en las manos antes de
atraparlo. Los miro a los dos y se me derriten las entrañas cuando él
lo levanta en brazos.

—Te hemos preparado el desayuno.

— declara.

—Me muero de hambre.

— Los ojos de Namjoon se cruzan con los
míos.

—Déjame llevar el resto de esto adentro y coger algo más de leña primero

— dice antes de poner a Jimin  de pie.
— ¿Qué es esto?— Jimin  intenta abrir la tapa de uno de los
contenedores.

—Algo para ti y Jin. — Vuelve a salir mientras Jimin  consigue
quitar la tapa de la caja. Me doy cuenta de que también lleva nuestras
bolsas, lo cual es un alivio...

— ¡Ohh!— Jimin arrulla mientras levanta un adorno rojo brillante
con un muñeco de nieve.

—Abran paso. — dice Namjoon antes de entrar por la puerta con
un maldito árbol.

— ¡Un árbol de Navidad!—jimin  chilla como si fuera Mickey
Mouse y da saltos de alegría. Está a punto de estallar de emoción y yo
me quedo sin palabras.

— ¿Estás bien?

—pregunta Namjoon cuando se acerca a mí y se
quita el abrigo.

— ¿Has hecho esto por nosotros?

—Pensé que sería divertido. — Se encoge de hombros como si no
fuera para tanto.
Sin pensarlo, lo rodeo con los brazos y lo abrazo lo más fuerte
que puedo, hundiendo la cara en su pecho. Sus brazos también me
rodean, estrechándome. Nunca había sentido algo tan abrumador y
seguro al mismo tiempo.
Su mano me acaricia la espalda y juro que voy a llorar.
“Te tengo”, creo que le oigo decir, pero tal vez sea sólo mi
imaginación.
Mis brazos se aprietan alrededor de su enorme cuerpo y no sé si
podré soltarlo...