Otra vez lo mismo, el dia siguiente sería navidad y aún así ahí me encontraba, en ese pequeño cuarto con no más que un refrigerador vacío y una cama hecha un desastre, cubierta de ropa sucia y limpia entremezclada. Rentaba ese apartamento desde hacía años y pese a eso nunca me había logrado mover de ahí.
Me dirigí a la cama con el unico sobre que encontré en el buzón y que era dirigido a mí ,sin esperanzas de que fuera algo bueno y como sospechaba solo se trataba de un recordatorio por parte del casero para que pagara la renta antes del día primero de enero, que el dos se iba de vacaciones.
Siempre era lo mismo, ni una carta de mis padres o hermanos. Amigos, pues no tenía muchos o más bien ninguno, y del trabajo… no sabía quién era pero de ahí, los detestaba a todos y a partes iguales.
Me dirigí al baño, para al menos echarme agua en la cara para despertarme un poco, pues el cansancio era una constante desde hacía meses ya, cuando ocurrió.
Comencé a vomitar, esparciendo sangre por toda la habitación, al punto que mi visión acabo cubierta de rojo. Pero lo peor era el dolor, tan intenso que quería arrancarme el estómago con las manos desnudas. Ahí en el suelo me retorcía por esa tortura posiblemente inventada por un sádico hasta que de pronto el dolor cesó.
Pero eso era porque había muerto.
*
Un frío infinito, la falta de sentidos, el no experimentar emociones más allá de la indiferencia, con nada en la mente más que un alivio infinito… La nada total. Esa era la muerte.
Por desgracia, eso no duro mucho. O tal vez si, me era imposible de saberlo con certeza. El tiempo, en donde sea que haya estado, actuaba de manera extraña, una hora no parecía pasar a la vez que un segundo se alargaba de manera infinita.
No me quejaba, estaba bien en ese lugar.
Al menos hasta que termino y recordé lo que era estar vivo.A lo lejos pude ver una luz y escuchar una voz, cálida, femenina. Maternal. Eso fue lo que me hizo regresar.
—Ven, vive una vez más, hijo de la tormenta.
Abrí los ojos.
El mundo se veía borroso, ¿eso era la muerte? No, aun mantenía frescos los recuerdos del lugar frío, por lo que podía decir que muerto no estaba, al menos ya no.
Pero si no estaba muerto, ¿dónde estaba? ¿Tanto ruido había hecho al caer que había alertado a mis vecinos? Digo, no es que haya hablado mucho con ellos y, honestamente, el viejo que vivía enfrente siempre me pareció un tanto huraño, pero quien sabe, las apariencias engañan.
Logré reconocer la sensación familiar de estar acostado en una cama, pero a la vez era diferente, no era el mismo lugar duro y oloroso al que me he acostumbrado todos estos años. ¿Un hospital tal vez? O de verdad seguía muerto y aquello que viví era simplemente el preludio. Digo, no soy un experto, no he muerto más que una vez, bueno quizá solo estuve en coma, así que incluso puede que ni eso, pero he leído que se supone la muerte se mantiene fría, vacía, dónde no sientes nada. O igual puede ser que sea como en esas caricaturas o como la mencionan las religiones, un lugar donde puedes descansar sin sentir dolor ni miedo. Igual y en unos momentos aparecía un viejo con túnica blanca y con una lista que me diría a donde debía ir.
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Theria: Hijo De La Tormenta
FantasyEstá es la primera muestra de lo que quiero hacer con la saga, ampliarla y explicar mejor las cosas. Después pondré una descripción mas precisa y le agregaré una portada, mientras espero disfruten los primeros capítulos.