I - New home

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Seul, la ciudad y capital de Corea del sur, que esparció mundialmente los androides que harían todas las necesidades que los humanos puedes hacer, por ejemplo; cocinar, cuidar bebés, trabajar, limpiar, interactuar con otros androides y humanos, entre muchas cosas más. Todo androide tiene un led a un costado de su frente para indicar si está bien, estresado o con señales de peligro, obviamente no tienen sentimientos ni sienten dolor pero se les diseñaron así para no esforzarlos mucho al trabajo.

Conoceremos la historia de RK200, el androide que fue comprado para una pequeña familia de un padre soltero sin trabajo, alcohólico y drogadicta....





















Mi nombre es Jiu





















El androide RK200 se despertó, abrió sus ojos azules y observó sus alrededores. Humanos, los analizó todos y más el lugar. Parecía ser una tienda de androides, todos estaban quietos y cuando se acercaba algún humano por si lo querría comprar el androide sonreía. RK200 pudo ver dos hombres acercándose a ella.

—Por lo que comentó señor... Le atropello un coche? — El señor con gafas hablo mirando al androide con atención —

—ehh.. a si es, un grave accidente... — el hombre que tenía pintas cansadas y ropa vieja le contesto al otro —

— Bueno, le tuvimos que resetear la memoria, espero que no le moleste — el de gafas informó y al parecer su nuevo dueño negó como si aquello de perder la memoria no fuera tan importante — Entonces, pongámosle el nombre —

— Mmhh... Jiu — el led de la androide recopiló el nombre y con una sonrisa miro su nuevo dueño —

Mi nombre es Jiu — ambos hombres asintieron y su  nuevo dueño agradeció para así llevársela de la tienda después de pagar.

Seul era una ciudad hermosa y Jiu desde el coche la observaba con atención, los arboles que se le caían las hojas, androides que trabajan en la calle y algunos humanos interactuando con sus propios androides, encima el día estaba espectacular, un bonito cielo azul sin ninguna nube de por medio. Al pasar por un túnel parecía que el azul cielo había desaparecido, ahora solo había nubes grises y con probabilidad de lluvia, las casas que pasaban estaban casi rotas o mal cuidadas, oxidados o trozos de madera rotas y esparcidas por el suelo.

En unas pocas cuadras llegaron al parecer su destino. Su dueño salió del coche y le grito para que lo siguiera y eso hizo la androide. El hombre abrió la puerta y la dejo pasar primero, ella analizó toda la casa que parecía tener dos plantas.

—Bien, desde que te fuiste esto está echo como una mierda... Por cierto llámame David — dijo su dueño que dejaba las llaves en la mesa de la entrada y la señaló — tú limpias, lavas la ropa, cocinas y cuidad de la mocosa... ¿Donde está ahora? — el hombre comenzó a llamar el nombre de una niña, Siyeon. Sorprendentemente ella estaba sentada en las escaleras, con su peluche de un lobo sucio que jugaba con sus pequeñas manos — oh ahí estabas... Bueno, como decía, la llevas a la escuela y esas cosas, ¿entendido? —

— Si David — Jiu contesto con sus manos detrás de su espalda y sin apartar su mirada y dulce sonrisa a la menor de la casa.

Cuando David se fue hacia el sofá para ver la televisión, la menor de la casa corrió escaleras hacia arriba. Jiu pensó que no era muy sociable o que era muy tímida para hablar con ella.

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