Recuerdo muchas cosas de mi padre. Le gustaba la música y el café por las mañanas, hacer viajes por carretera y bailar con mamá bajo la lluvia, siempre estaba calmado y era muy sabio. Tenía un lunar en la cabeza que hacía que su cabello se viera blanco en esa zona; cuando era pequeño, solía contarme historias fantásticas, en relación a esa decoloración natural, cada una más maravillosa que la otra.
Recuerdo que papá solía ser mi mejor amigo hasta que pude hacer los propios en la escuela.
Papá murió un par de meses antes de que entrara al internado.
Su muerte fue el mayor detonante para todos los cambios que tuvo mi vida ese año. Ni mi madre, ni mi padrino se sentían capaces de cuidar de otro ser humano cuando su propia vida se estaba cayendo a pedazos, y, en ese momento, pasar más tiempo del necesario con mi abuelo no era opción.
Incluso con un diagnóstico previo, nadie te prepara para eso, ni siquiera las docenas de folletos en la sala de oncología. Nadie te prepara para perder al amor de tu vida, a tu mejor amigo o a tu padre. Y vivir con esa pérdida no se hace más fácil con el tiempo, solo te acostumbras al dolor intermitente que aparece inevitablemente ante los recuerdos y las ideas de lo que pudo haber sido.
Los directivos y profesores estaban al tanto de mi situación, por ello —y sospecho de alguna donación generosa por parte de mi abuelo— tuvieron bastantes consideraciones conmigo. Además, al ser descendiente de exalumnos, tenía un lugar asegurado desde el momento en el que nací. "Siempre ha sido un honor seguir con tradiciones familiares".
A los alumnos que se integran fuera de fecha —después del primer año— se les concede un cuarto en solitario, de esa manera, se acostumbran a la vida en el colegio y se ahorran percances con sus nuevos compañeros de cuarto. Como mi situación era "especial" el mes obligatorio en solitario se alargó hasta que me sintiera lo suficientemente mejor como para cambiar de cuarto.
Aún sigo sin comprender a qué se referían con "suficientemente mejor". ¿A quién se le ocurrió decirle a un niño que se sentirá mejor con la muerte de su padre?
Todos los profesores me daban un trato especial. Lo cual era una basura. Sancionaban a todo aquel que me preguntara por el motivo de mi ingreso, una curiosidad genuina contemplando el origen de mi patrimonio. Después de todo, entrar en quinto año es una anomalía si se viene de un linaje.
Falsa atención disfrazada de genuina, compasión innecesaria y pretensiones de empatía. Desde el funeral de mi padre no paraba de recibir todas esas miradas, acciones y pequeños gestos y eso solo lograban recordarme lo que había perdido, lo que ya no tenía. No recuerdo cuantas veces vomité, de asco hacia mí, por pensar que solo era un saco de lástima que buscaba llamar la atención de las demás personas.
Me prometí solo pasar el mes obligatorio en solitario, no deseaba extender la agonía del niño huérfano por mucho, no visiblemente. Pasé todo ese tiempo encerrado, solo salía para ir al comedor y para las clases. No hablaba con mis compañeros a menos de que fuera necesario y los ratos libres los ocupaba para regresar a mi habitación (si el tiempo era suficiente) o adelantar tareas.
El último día, al menos creí que lo sería, regresaba de hablar con el encargado de habitaciones, desilusionado, jamás contemplé como posibilidad el que se necesitara más de 20 minutos asignar una habitación. Se requería, de una semana, como mínimo, para procesar mi solicitud y de otra para asignarme y preparar la mudanza. Yo podía ayudarles con eso, no había desempacado más allá de mi pijama, y solo necesitaban una habitación con dos miembros para que pudiera entrar. No me molestaba estar con niños mayores o menores.
Estaba frustrado y molesto conmigo mismo, por lo que, buscando despejarme, me detuve en la biblioteca. Busqué el rincón más alejado, tratando de evitar a cualquier persona que pudiera reconocerme. Solo éramos yo, un libro de ciencia ficción y mis audífonos.
Todo intento por sentirme mejor se vio aplastado ante el fantasma de mi padre grabado en cada canción que escuchaba.
El volumen, mucho más alto de lo que alguna vez reconoceré frente a mi madre, me impedía escuchar los ruidos exteriores, por lo que no fui capaz de notar al niño que gritaba frente a mí, hasta que un cojín pasó junto a mi cabeza.
Me limité a observarlo con curiosidad, gritaba en un idioma desconocido y movía las manos casi como una caricatura. En algún momento, comenzó a mezclar palabras con el inglés, fue cuando entendí, estaba reclamándome el asiento.
Pude simplemente ignorarlo, tenía cierto derecho no escrito por haber llegado antes. O hacer mi buena acción de la semana y cederle el lugar, no tenía ningún problema con moverme, todos los asientos de la zona eran completamente iguales, pero parecía algo importante para él.
Definitivamente estaba siendo grosero, pero lo pasé por alto, el reproche y enojo en su mirada eran tan distintos a la lástima de los demás que me hizo sentir mejor. Y hasta me olvidé de la habitación.
Cuando se cansó de gritar y pareció resignado, tomé mis cosas y cambié de lugar. Eso, definitivamente, lo molestó más, pude escucharlo renegar y quejarse entre susurros desde mi lugar el resto del tiempo que estuve ahí.
Fue la mejor interacción que tuve en meses.
Mamá suele decir que, si quieres conseguir algo, debes insistir hasta lograrlo.
Yo quería cambiar de habitación y ver al niño enojón de nuevo, así que pasé toda la semana yendo a la misma hora a visitar al encargado de las habitaciones y deteniéndome en la biblioteca.
Y, cada día, me encontré en la misma situación. Sorprendentemente, me di cuenta de que no me molestaba que me gritaran en un idioma desconocido si eso conseguía que olvidara todo lo demás.
Debí ser alguna clase de masoquista si encontraba reconfortante el que me gritaran.
*********
Uff, que nervios.
Holi, aquí Mora 🫐
Si estás leyendo esto, gracias por darle una oportunidad a Luz de luna y a este pequeño escritor. Espero que te guste la historia o que, al menos, la encuentres entretenida.
He estado trabajando en Luz de luna por más de tres años (sí, mucho tiempo), puedes preguntarle a cualquiera de mis amigos, tendrán una docena de mensajes con pequeños borradores. Así que, espero no quedar 🤡🤡
Sígueme en redes, ahí subo edits de mala calidad y, puede, solo puede, que pequeños spoilers.
Si tuvieran un super poder, ¿cuál sería?
Nos vemos la próxima semana, Mora fuera✌🏼
ESTÁS LEYENDO
Luz de Luna
Teen FictionEn Colebant International, nos dedicamos a ofrecer una educación de excelencia que prepara a los estudiantes para los desafíos del mundo moderno. Nuestro compromiso es fomentar el desarrollo integral de cada alumno, cultivando sus habilidades académ...