Ya era la hora, Aída salió temprano de casa, quería ser de las primeras en llegar para dar una buena impresión en su primer día, la ansiedad y los nervios a flor de piel no la dejaban ir tranquila, todo el camino estuvo moviendo la pierna y revisando la hora en el celular, le daba la impresión que el bus iba cada vez más lento.
Al llegar a Tasa's aún estaba cerrado y no había nadie fuera,se quedó de pie frente a la entrada mirando el reloj cada pocos segundos. Suspiró y decidió sentarse en el borde de una jardinera cercana.
"Treinta minutos... bueno, al menos no estoy tarde", pensó.
Sacó su celular y empezó a deslizarse por redes sociales, pero no podía concentrarse. La ansiedad de empezar un nuevo trabajo seguía latente.
Después de unos minutos, guardó el teléfono y echó un vistazo alrededor. El ambiente estaba tranquilo, apenas el ruido lejano de los autos y la gente pasando. No quería que el tiempo se le hiciera eterno, así que sacó un libro que traía en su bolso y comenzó a leer para distraerse. Era una de sus formas favoritas de escapar del nerviosismo, pero incluso las palabras del libro se desdibujaban en su mente, interrumpidas por sus propios pensamientos sobre el día que le esperaba.
— Llegas temprano — Una voz profunda la sacó de su ensimismamiento. — Eres la nueva camarera ¿No?
Al inicio dió un pequeño salto, había estado tan concentrada que no se dió cuenta que había llegado alguien, subió su mirada y se encontró con unos ojos negros muy profundos, era uno de los chicos de la cocina, aunque no recordaba bien su nombre.
— ¡Ah! Sí, soy Aída — respondió, poniéndose de pie de inmediato. Guardó el libro apresuradamente en su bolso, sintiéndose un poco sorprendida.
— Yo Vixor y tranquila, no necesitas ponerte tan formal conmigo — bromeó Vixor, riendo suavemente mientras sacaba las llaves de su bolsillo. — Llegaste temprano, ¿nerviosa por tu primer día?
Aída sonrió, relajándose un poco al ver lo amistoso que era. — ¿Se nota mucho? — preguntó, medio en broma, mientras se acomodaba el cabello detrás de la oreja.
— Solo un poquito — dijo Vixor, abriendo la puerta de Tasa's. — Pero no te preocupes, aquí somos un equipo bastante relajado. Te acostumbrarás rápido.
Aída siguió a Vixor hacia el interior del local mientras él encendía las luces. El lugar se veía diferente en la tranquilidad de la mañana, sin clientes, solo ellos dos en el espacio cálido y acogedor.
— Es muy relajante cuando está solo ¿no?
— Sí — dijo sonriendo.
—¿Qué leías? Te veías muy concentrada — preguntó Vixor, señalando el libro que Aída acababa de guardar.
— Oh, solo una novela. Me gusta leer para distraerme — respondió Aída, sintiéndose un poco cohibida por la pregunta.
Vixor se guardó las llaves en el bolsillo y se dirigió a la cocina.
— Cool — Aída lo contemplaba desde estrás, ¿qué se supone que debía hacer? — Si quieres puedes ayudarme en la cocina mientras llegan los demás. Sam y Jhonny son quienes suelen capacitar a los nuevos. — Entraron a la gran cocina, era tan grande cómo se lo imaginó.
— Ah sí, a Sam la conocí ayer, es muy simpática.
— Sí, es bien extrovertida. — Vixor iba hablando mientras sacaba unas bolsas con algo que ella no pudo identificar del congelador.
En ese momento ambos se quedaron en silencio, aunque no era un silencio incómodo, más bien era tranquilo, se sentía cómoda y más calmada que cuando llegó. No tardó demasiado tiempo para que llegaran más personas.
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The blue rose
RomanceAída fue despedida injustamente y ahora en busca de un nuevo trabajo puede que consiga algo más, conoce a Samantha, una joven diseñadora que trabaja en un café para mantenerse mientras trata de cumplir sus sueños. Entre ambas surge interés, Aída cre...