Ruinas de la Locura

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Soy la silueta que titila en la penumbra,
una sombra sin dueño, un murmullo apagado,
destellos de un sueño en la mente errabunda
de alguien que jamás conocí.

No soy más que un eco, un espectro errante,
una farsa de carne tejida en delirios,
sin huella, sin peso, sin voz que perdure,
una imagen difusa en el cristal de la locura.

Cada latido es un susurro ajeno,
cada paso un aliento etéreo que no me pertenece.
¿Vivo o existo? ¿Soy real o un espejismo?
Las horas pasan como ilusiones furtivas,
me veo en los espejos, pero no me reconozco,
una figura vacía, sin alma, sin sustancia,
y me pregunto si la angustia que siento
es solo un fragmento robado, un reflejo impostor

Y, de repente, la verdad se abre como un pozo,
profundo, negro, un abismo ineludible:
todo era real, cada llanto amargo y sollozo lastimero, cada herida que ardía en la piel y en los huesos.

El desvarío nunca fue mío, ni de otro;
era yo quien caminaba en esta tormenta,
quien gritaba en el silencio de las noches vacías,
quien lloraba creyendo que las lágrimas
se evaporaban en la irrealidad de otro mundo.

Ahora que sé, no hay consuelo, solo frío,
solo la tristeza de haber vivido sin saber,
de haber sentido que no existía, que era nada.
El dolor pesa más ahora, con nombre y dueño,
Como una espina que nunca debió estar ahí
y el caos interno es una lluvia que no cesa,
mojando mi rostro con la verdad que quema:
soy real, pero no hay alivio en este hallazgo,
solo la amarga certeza de no haber sido un sueño
y de cargar con un alma que nunca fue ajena....

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⏰ Última actualización: Sep 12 ⏰

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