Capítulo 3: EL JUEGO COMIENZA

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El día siguiente había llegado antes de lo esperado. Sophia no estaba segura de si estaba más nerviosa o emocionada. Después de su encuentro con el Presidente, todo había dado vueltas en su cabeza. Lo que había descubierto —una organización secreta, manipulación de la realidad, y su invitación para ser parte de un evento donde la elite más poderosa del país estaría reunida— sonaba más a ciencia ficción que a la vida real.

Mientras caminaba por los pasillos del ala este de la Casa Blanca, Sophia trataba de mantener su compostura. Pero, por dentro, su mente seguía haciendo comparaciones con cualquier serie que le viniera a la mente.

──Esto es como estar en el crossover más loco entre Black Mirror, Scandal y The Office── susurró mientras ajustaba su chaqueta. ──Aunque en mi caso, espero no terminar como Jim Halpert, sino más como Olivia Pope, pero sin los escándalos amorosos... o sin un Presidente al que besar... Bueno, ¿quién sabe?

Llegó al salón donde se celebraría la famosa reunión. Desde afuera, todo parecía normal, un grupo de personas bien vestidas, charlando y sonriendo como si fuera un cóctel más. Pero Sophia sabía que lo que ocurría aquí era mucho más siniestro.

El Presidente Kiriam estaba de pie al final de la sala, hablando con un grupo de personas que parecían sacadas directamente de una lista de Forbes. Sophia se sentía fuera de lugar, pero respiró hondo. Recordó las palabras del Presidente: necesitaba a alguien que no estuviera atado por las reglas de la política. Y si había algo en lo que ella sobresalía, era en no seguir las reglas.

──¡Sophia!── la voz del Presidente resonó en la sala cuando la vio entrar. Levantó una mano y sonrió, llamando la atención de varias personas. ──Permítanme presentarles a nuestra invitada especial de esta noche.

Sophia tragó saliva y caminó hacia el grupo. Intentó parecer segura, pero no pudo evitar un pensamiento fugaz: Definitivamente no me pagan lo suficiente para esto. Con una sonrisa brillante, se unió al grupo.

──Sophia Harper, periodista, defensora de la verdad, y según algunos informes, una aficionada de The Vampire Diaries── añadió Kiriam con una risa.

Sophia arqueó una ceja. ──Bueno, hay cosas peores que ser fan de un buen drama sobrenatural. Aunque si alguien aquí resulta ser un vampiro, tendré que pedir que no me usen como su almuerzo, gracias.

Los miembros del grupo soltaron risas educadas, aunque algunos parecían no saber si Sophia estaba bromeando o no. El Presidente asintió, divertido.

──En esta sala, Miss Harper, encontrará a las mentes más brillantes de la política, los negocios y la tecnología── dijo, señalando a cada persona. ──Están aquí para discutir temas de gran importancia para el futuro de nuestro país. Quiero que se sienta libre de hacer preguntas, cualquier cosa que se le ocurra. Ninguna pregunta es demasiado pequeña... o demasiado grande.

Sophia asintió, mirando a cada una de las personas presentes. Todos parecían tan serios, tan calculadores. Sabía que debajo de esas caras sonrientes y trajes caros se escondían secretos que podrían derrumbar imperios.

──De acuerdo, entonces empezaré con algo básico── dijo, levantando una ceja. ──¿Qué opinan sobre la influencia de los medios en la percepción pública? ¿Hasta qué punto manipulan lo que la gente piensa? ¿Estamos hablando de control mental estilo The Matrix, o solo de un leve empujón en la dirección correcta?

Un hombre mayor, con el cabello perfectamente peinado hacia atrás y un aire de superioridad, fue el primero en responder. ──Los medios siempre han sido una herramienta poderosa. La clave no es tanto manipular lo que la gente piensa, sino presentar la información de manera que ellos lleguen a sus propias conclusiones... que coincidan con las nuestras, por supuesto.

Sophia forzó una sonrisa, pero por dentro sintió un escalofrío. Ese hombre acababa de describir, con frialdad, lo que sonaba a manipulación pura y dura.

──Entonces, básicamente, es como un episodio de Black Mirror. Todo está cuidadosamente diseñado para que la gente crea que tiene el control, cuando en realidad ustedes están jalando los hilos detrás de escena── comentó Sophia, sin filtro alguno.

El grupo soltó otra ronda de risas nerviosas, pero el Presidente Kiriam la miró con una mezcla de admiración y alerta. Sabía que Sophia estaba tocando un tema sensible, pero eso era precisamente lo que la había traído aquí.

──Creo que está captando la idea, Miss Harper── dijo Kiriam suavemente, antes de girarse hacia los otros. ──Sigamos con las preguntas. Estoy seguro de que todos estamos interesados en conocer más de su perspectiva periodística.

Sophia tomó aire y se lanzó, decidiendo que si ya estaba en el nido de serpientes, bien podría agitarlo un poco. ──Hablando de control y manipulación... me pregunto cómo es que esta organización, o grupo, puede influir en decisiones de gobierno sin que nadie se dé cuenta. ¿Es un Hydra encubierto? ¿O simplemente tienen contactos en las sombras? ¿Dónde trazan la línea entre el poder y la corrupción?

La sala se quedó en silencio. La tensión era palpable, pero Sophia sabía que había tocado un nervio. Algunas miradas se desviaron, y el hombre que había respondido antes se ajustó el cuello de la camisa, incómodo.

El Presidente intervino antes de que las cosas se salieran de control. ──Lo que Sophia está planteando es un tema que hemos discutido ampliamente en este grupo. La frontera entre el poder y la corrupción es delgada, pero nuestra intención siempre es actuar en beneficio del pueblo. A veces, las decisiones difíciles deben tomarse en la sombra para proteger la estabilidad de la nación.

Sophia cruzó los brazos, sintiéndose cada vez más como una periodista de investigación en medio de un escándalo. ──Entiendo. Entonces, básicamente, se están sacrificando por el bien mayor... como los Vengadores. Aunque espero que el sacrificio no involucre destruir a medio mundo en el proceso.

Más risas, pero esta vez eran más tensas. Sophia notó que algunos del grupo evitaban hacer contacto visual con ella. Claramente, había algo mucho más profundo de lo que estaban dispuestos a admitir.

Finalmente, el Presidente se acercó a ella, con una sonrisa que no llegaba a sus ojos. ──Sophia, ha sido un placer tenerla aquí esta noche. Pero creo que ya hemos cubierto suficiente por hoy. Espero que la información que ha obtenido le sea útil para su reportaje.

Sophia supo que era su señal para retirarse. No sin antes lanzar una última pregunta, por supuesto.

──Gracias por la invitación, señor Presidente. Solo una cosa más... ¿qué ocurre si alguien en su posición decide que ya no quiere jugar según sus reglas?

El silencio que siguió fue ensordecedor.

Kiriam sonrió, pero esta vez, su sonrisa fue todo menos cálida. ──Eso, señorita Harper, es algo que espero nunca tenga que descubrir.

Sophia asintió lentamente, dándose cuenta de que acababa de entrar en un juego mucho más grande de lo que había imaginado.

Al salir de la sala, su teléfono vibró. Era un mensaje de Mandy

“¿Cómo va tu aventura en la Casa Blanca? ¿Ya encontraste a algún vampiro político?”

Sophia sonrió mientras escribía: “No vampiros todavía, pero definitivamente hay un par de monstruos escondidos aquí”.

Cerró el mensaje, se ajustó la chaqueta y, con una última mirada hacia la residencia presidencial, supo que esto era solo el principio.












denme un chocolate por cada vez que Sophia nombra alguna serie de televisión, Sophia me representa.

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