El italiano

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– ¡Nich! — Mis sentidos no son capaces de reaccionar con las estocadas furiosas de Nicholas y mucho menos con la sensación de sus dientes sobre mis pezones, no todas tienen el privilegio de levantarse con un hombre de 1.80 lamiéndote hasta el alma pero por ahora yo sí. 

– ¿A quién amas Emily? — Ha hecho esto tres putas veces seguidas, cuando estoy a punto de venirme, me suelta y ya yo me siento totalmente loca. 

Aumenta sus estocadas con furia, tanto que temo por la pobre cama que en estos momentos está rechinando como si fuera a desmoronarse, pero no puede sonar más duro que mis gritos en cuanto siento una presión dolorosa en toda mi zona. 

– ¡A ti! — hace movimientos con su pelvis que me hacen marearme llevándome a un orgasmo inminente. 

Estoy sudada, despeinada, desnuda, con un dolor intenso al caminar, pero con un puto orgasmo y eso es lo que importa. «Debo de considerar un psicólogo» 

– ¿Te vienes conmigo? 

– Sí, me baño y salimos — Desde hace dos días Nicholas se queda conmigo y es que sí, mi abuela se fue a Antillia y mi papá fue llevado a París junto con mis hermanas para que pueda recuperarse. 

Mi abuela le pidió a Nicholas que me cuidara y a mi parecer, lo hace bastante bien a diferencia de Paul, que no me ha llamado desde la última vez que nos vimos «imbécil» planeo terminarlo, pero con todo lo que está pasando es de mis menores problemas. 

Cuando termino de bañarme, me pongo un vestido azul para firmar ante el partido como la fórmula electoral y eso me tiene lo suficientemente nerviosa. 

Al salir, Nicholas está sentado en el sofá y una rara sensación se apodera de mí. Desde que vivo sola, nunca he vivido con nadie, pero tenerlo en mi apartamento ha sido bastante reconfortante. 

Cuando llegamos al congreso, me sorprendió que todo estaba lleno. Puedo entender que estás elecciones son importantes porque por primera vez hay posibilidad de que un partido opuesto tenga la aprobación necesaria, pero igual tener tanta gente viéndome nunca me ha gustado. 

– Que bueno que llegaron tortolos — Dice Marcus y ambos solo nos sentamos ignorándolo — Ya se creen presidente y primera dama. «Es Marcus» ya me acostumbré a su humor, pero aún no puedo ignorarlo por completo. 

Si creía que antes estaba lleno, ahora más. Hace unos momentos acaba de llegar Christian como el comandante de Washington y debería de estar mi papá como ministro de seguridad, pero debe recuperarse. 

– Se inicia la sesión — Inicia el magistrado — Al día de hoy, estamos aquí para oficializar la candidatura del ciudadano Nicholas Lark como presidente de la nación y a su vez, se procederá al nombramiento de cada uno de los elementos que lo acompañaran. Se le pide a la ciudadana Lorraine Walker, dueña del partido progreso y justicia y viceministra de la nación, acudir al estrado en posición de representante. 

Lorraine es la presidenta del partido Progreso y justicia, este lo fundó su papá y ha acompañado a los Lark desde su inicio, así que es la responsable de darnos su apoyo. 

– A solo unos meses de las elecciones, yo Lorraine Walker en condición de presidenta del partido progreso y justicia le otorgó el apoyo electoral al ciudadano Nicholas Lark oficializando su candidatura a presidente — Todos nos levantamos — A su vez, oficializamos a los ciudadanos que lo acompañaran en este proceso. 

– Ciudadanos, pasar al estrado. 

Todos nos montamos en el imponente escenario dándole la cara a miles de ministros, agentes, generales y cancilleres de muchísimos países. «Esto es demasiado» Emily de hace unos meses le huía a los eventos y este mes mi agenda estará llena. 

En ruinas (borrador) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora