Capítulo 8: Siempre puedes estar cerca de mí

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Capítulo 8: Siempre puedes estar cerca de mí

Iba en el taxi mordiendo mis labios con la mirada pérdida en la ventana cuando mi teléfono vibró en mi bolsillo, lo tomé y vi la pantalla, era un mensaje de Donovan, lo abrí.

Donavan: Hola ¿puedo llamarte?

Miré el mensaje, sabía que se refería a una videollamada, así que lo llamé yo, enseguida su rostro salió en la pantalla, no llevaba lentes, parecía recién bañado por la forma en la que su cabello estaba ligeramente húmedo, casi podía oler su olor a crema de afeitar cuando salía del baño y recordé algo melancólica cuando me acostaba a su lado y veíamos una película abrazados.

—Hola. —dijo y sonrió un poco.

—Hey. —respondí, notó que iba en un auto y frunció ligeramente el ceño para preguntar:

—¿A dónde vas?

Me removí ligeramente incómoda en el asiento.

—Hoy salimos de expedición. —solté.

Donovan estuvo por un momento confundido, pero luego de unos segundos de silencio  preguntó:

—Un momento, ¿te dieron el trabajo? —preguntó casi ofendido de que no le hubiera contado.

—Sí. —admití.

—¿Y por qué no me lo habías dicho? —preguntó.

—Nunca tienes tiempo Donovan.

Muy pocas veces podíamos tener conversaciones extensas en videollamadas siempre tenía algo que hacer y siempre estaba ocupado.

—Pudiste dejarme un mensaje —replicó—¿qué te está pasando? ¿Qué tienes? ¿Estás menstruando?

Puse los ojos en blanco ante su última pregunta y dije:

—No, es solo que ando un poco estresada.

Él frunció los labios y afirmó un poco con la cabeza.

—Que bueno que tengas el trabajo —sonrió levemente—, mantén la calma, todo saldrá bien.

Suspiré, este era el Donovan que me gustaba, el que me apoyaba, confiaba en mí y me daba ánimos.

—Gracias. —dije.

—Me mantienes informado por mensajes, ¿sí? Creo que será la última videollamada que te haré por un tiempo —pasó una mano por sus ojos, parecía algo cansado— el equipo finalizó esta expedición y me contrataron para otra.

Sonreí sorprendida.

—¡Qué genial!

Sin embargo sabia lo que eso significaba; más tiempo lejos, más tiempo en el que no volveríamos a estar juntos por muchos meses.

—¿Qué ocurre? —preguntó al ver mi gesto decaer.

—Que siento que no volveremos a vernos —le admití— y temo que la distancia nos hará separarnos.

Nunca lo había vivido pero, sabía que las relaciones a distancia nunca duraban.

—Solo han pasado 6 meses... —empezó a decir, pero lo interrumpí para decir:

—Es medio año, y ahora no sabemos cuántos meses más pasarán...

—¿Qué pasa amor? No seas pesimista. —dijo pareciendo ligeramente triste— Con esta distancia reafirmaremos nuestro amor, vas a ver que al volver todo será como antes, y con estos trabajos que tenemos, podremos vivir muy bien e invertir en proyectos de nuestra propia empresa.

Perdición (+21) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora