Lucca.
Un trago, dos, tres y así hasta que pierdo la cuenta, sentado solo en la barra de ese lugar al que fuimos con mis amigos. Todos están dispersos, divirtiéndose y dejando las tensiones aquí.
En mi caso, las penas.
La observo solo un poco, ella siempre acapara mi atención en donde sea que estemos. Sin embargo me obligo a apartarla cuando recuerdo nuestra situación, llevando el trago a mis labios. Es en ese momento que capto el movimiento de Natalie acercándose, la había visto antes y solo estaba esperando que viniera a molestarme en algún momento de la noche.
Sabía que lo haría, es más fuerte que ella
-Hola Luke- sonríe de lado mientras la observo completamente serio, aburrido incluso.
-No estoy de humor para tus cosas, Natalie- gruño, llevando el vaso a mis labios sin gastar tiempo en ella.
-Lo hubieses pensado antes de ponerte tan...- me repasa- ...sexy.
No me causa nada, ni esa mirada lasciva, ni la forma en la que luce esta noche causa algo en mi.
-No funcionará, pierdes tu tiempo- zanjo.
Ella suelta una risita entre dientes mientras se apoya en la barra, cerca. Alzo una ceja molesto por su insistencia.
-Somos dos personas libres Black- puedo ver claramente sus intenciones, acerca su boca a la mía pero me alejo de inmediato.
La conozco, me sé de memoria sus juegos y trampas. Su intento de seducción no funcionará, no conmigo.
-Estoy ebrio no estúpido- suelto mientras llevo el vaso a mis labios- Y para tu mala suerte, soporto bien el alcohol, aunque ni siquiera ebrio la engañaría- la miro con desinterés- Métete eso en la cabeza.
La ofende, puedo ver como aprieta los labios.
-Ya ni siquiera está contigo, por favor- repite Natalie, con una risa amarga, como si disfrutar de mi dolor fuera su único propósito esta noche, tal y comi lo ha sido desde que la conozco. Pero eso no importa, nada de lo que diga cambiará lo que siento.
Y aunque tiene razón respecto a que no estamos juntos, jamás le daré la satisfacción de ver cuán destruido me encuentro. Mi tolerancia al alcohol es perfecta, no hay nada que diga o haga que logre atraparme. Ni lastimarme.
No cuando no hay nada que romper que no esté roto ya.
Me aparto de la barra, alejándome de ella, porque su cercanía me sofoca, y en el peor de los sentidos. No puedo creer como soporté esto durante años.
-Métete en tus asuntos, Natalie- respondo con una firmeza que apenas reconozco en mi propia voz.
-Pero si es la verdad, Luke- insiste, siguiéndome con esa sonrisa burlona- Todos lo sabemos. Ella te dejó, tal y como lo advertí, y tú estás aquí, ahogándote en alcohol.
Se acerca a mi, más de lo que debería.
-No me vengas con moralidades, eres un hombre libre- sonríe de lado- Podríamos hacer cosas mejores que estar aquí lamentándote, podría hacerte olvidar incluso su nombre si lo deseas.
La miro, y aunque la versión anterior de mi mismo pensaría en lo fácil que sería dejarme llevar, en olvidar todo por una noche, ya no soy ese hombre y no hay vuelta atrás después de Alex. La imagen de ella aparece en mi mente, nítida, y todo pensamiento de ceder se desvanece.
-Libre o no, no es contigo- digo chasqueando la lengua, y el impacto de mis palabras parece descolocar a Natalie por un segundo.
Luego, su expresión se endurece, y sin decir más, se da la vuelta y desaparece entre la multitud, dejándome solo con mis pensamientos y el ruido ensordecedor del bar.

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Contrarreloj [En Edición]
RandomAlex es sinónimo de peligro. ¿Su vida? Una carrera contrarreloj contra la propia muerte. Ella es la reina y pondrá a sus pies a quien se lo proponga. Así tenga que poner el mundo a arder. Carreras contrarreloj con la vida. Victorias por montones. ¿P...