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Nick

Desde que papá nos abandonará a mi mamá, a mi hermano, David, y a mí. Mamá se hizo una asquerosa alcohólica. Me dolía demasiado decirlo así, pero era en lo que se había convertido. En la escuela primaria, y secundaria. Era de los más populares. Era capitán del equipo de rugby y jugamos en muchos partidos importantes.

Pero cuando cerraba la puerta de mi casa después de la escuela, era un infierno...

Mamá se tornaba violenta, gritaba, arrojaba cosas, a veces nos golpeaba. Vivíamos muy mal con ella. Salí de la secundaria con buenas calificaciones. Queria que ella estuviese orgullosa de mí. Pero no fue así, ni siquiera fue a la fiesta de graduación. Paso igual con el bachillerato. Estudie traumatología, mi carrera soñada.

Era lo único bueno en mi vida. Tuve una novia en universidad, antes de darme cuenta de que era bisexual. Imogen. Ese era el nombre de mi primer y única ex novia.

Me di cuenta que era bisexual por qué en la misma universidad que yo, había un chico casi de mi altura muy guapo. Que la verdad llamo mucho mi atención. Me gustaba mucho. Imogen me apoyo en mi salida del clóset con mis amigos y mi hermano. Mi madre no lo sabía, ni lo sabe.

No sé que podría pasar si mi mamá se enterase que soy bisexual. Podría ser mi fin. Es una persona súper homofóbica. Odio todo lo relacionado con la homofobia.

Traumatología, la carrera que había estudiado, amaba la medicina. Mi carrera soñada era neurología. ¿Por qué no lo estudié?, el estrés que conlleva.

Me salí de mi casa cuando tuve el dinero necesario para rentar un departamento. Sus baldosas del piso blancas. Las paredes del mismo color. Un ambiente minimalista. Los muebles negros o cafés obscuro. Amaba mi hogar. Al que fin podía llamar mi lugar seguro.

Mi madre había desaparecido de mi vida desde hace tiempo. Simplemente se mudó de casa y no volvi a saber de ella. Era mejor así, la extrañaba mucho. Al final era mi madre. Pero estaba muchísimo mejor sin ella y sus peleas diarias.

La relación con mi hermano era seca, no tenía comunicación con él. Bueno. No mucha, hablábamos de vez en cuando. Hace unos meses había dejado de practicar el rugby, me inscribí a un gimnasio y mantenía un buen estado físico. Me veía bien.

Bastante bien.

Pero eso no quitaba que mi mente fuera un desastre atascado en el pasado. Me atormentaba todos los días, tenía pesadillas por las noches.

Había tomado unas cuantas citas terapéuticas. Y me diagnosticaron ansiedad e insomnio. Pero también una depresión muy avanzada...

Está ansiedad no me dejaba dormir por las noches. Tomaba melatonina para el sueño. Pero aun así me despertaba a mitad de la noche. Mi doctor me había recomendado el ejercicio para descargar mi estrés en ello. Se notaba que el hacer ejercicio no me ayudaba en tema emocional pero si en físico.

Notaba que el cabello se me caía en grandes cantidades. Dejé de ir a terapia, el echo de tener que expresar mis emociones y mi vida pasaba, me angustiaba mucho. No había hablado con absolutamente nadie sobre como me sentía. La única persona con la que pude "desahogarme", fue con Imogen. Y ella fue mi novia.

Mi historia con ella es un poco especial. Íbamos en la misma facultad, nos encontramos a veces a mitad del pasillo. Así duramos tanto tiempo saludandonos. Que intercambiamos números en el penúltimo semestre de universidad.

Salimos un poco, y ella hacia que me sintiera bien. Creía que estaba enamorado por primera vez. O que me gustaba. Le pedí que fuera mi novia en la octava cita.

En un restaurante decente, cuando terminamos la cena y salimos a dar un paseo por el parque. Le dije la típica pregunta, "Im, ¿Quieres ser mi novia?", ella dijo que sí.

Con tus abrazos (historia de heartstopper)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora