El origen del mal

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Hace mucho tiempo en un país muy lejano vivía un monstruo, un monstruos sin nombre.

El monstruo deseaba un nombre y lo deseaba tanto que apenas podia pensar en otra cosa.
Un buen dia,  el monstruo emprendio un viaje para buscar el nombre que tanto anhelaba.

Pero el mundo es demasiado grande y por ello el monstruo decidió dividirse en dos mitades. Una mitad se fue al Este y la otra hacia el Oeste.
La mitad del monstruo que había ido hacia el este encontró pronto una aldea, y en esa aldea encontró a un herrero que trabajaba y le dijo:

-¡Oye herrero, quiero que me des tu nombre!.

- ¡Pero que tonterías dices, eso nunca!- replicó el herrero.

- ¡Si me das tu nombre, me introduciré en tu cuerpo y te transmitiré toda la fuerza que te falta!- prometió el monstruo al herrero.

- ¿En serio?, bueno si deverdad me vas a volver más fuerte, entonces te daré mi nombre

Entonces el monstruo se introdujo en el cuerpo del herrero, y a partir de ese momento,el monstruo se convirtió en Otto el herrero. Otto era el hombre más fuerte de la aldea, sin embargo, un día...

-¡Mirenme!, ¡Mirenme!, ¡Miren que grande se ha hecho el monstruo que hay en mi interior!

¡¡Grush!! ¡¡Grush!! ¡¡Ñam!! ¡¡Ñam!! ¡¡Grumpf!! ¡¡Grumpf!! ¡¡Glup!!

El monstruo que tenía mucha hambre, se  habia ido comiendo al herrero por dentro, y fue así como el monstruo volvió a ser un monstruo sin nombre.

Al poco tiempo lo intentó de nuevo con un zapatero llamado Hans.

¡¡Grush!! ¡¡Grush!! ¡¡Ñam!! ¡¡Ñam!! ¡¡Grumpf!! ¡¡Grumpf!! ¡¡Glup!!

Al vomerselo, volvió a ser un monstruo sin nombre. Aunque lo intentó también con un cazador llamado Thomas, volvió a meterse en el cazador.

¡¡Grush!! ¡¡Grush!! ¡¡Ñam!! ¡¡Ñam!! ¡¡Grumpf!! ¡¡Grumpf!! ¡¡Glup!!

Pero se lo comió tambien y volvió a ser un monstruo sin nombre.

Al final el monstruo decidio buscar un  nombre en el interior de un castillo, para buscar un buen nombre. En el castillo había un niño enfermo.

-¡Si me das tu nombre, te haré más fuerte como un roble!- Le dijo al niño.

-Si logras que me recupere y me haga más fuerte, te daré mi nombre- Respondió el niño.

Fue así como el monstruo se introdujo en el interior de niño, y el niño se recupero totalmente. El rey estaba muy contento.

-¡El príncipe se ha recuperado!-   -¡El príncipe se ha recuperado!-

El monstruo le gusto el nombre del niño, y también la vida en el castillo, por lo tanto aunque tenía mucha hambre se contenía con mucho esfuerzo. Aunque cada día tenía más y más hambre, se contenía. Pero llego a tener tanta hambre...

-¡Mirenme!, ¡Mirenme!, ¡Miren que grande se ha hecho el monstruo que hay en mi interior!

El niño se comió al rey y a toda la corte de una sentada u a todos.

¡¡Grush!! ¡¡Grush!! ¡¡Ñam!! ¡¡Ñam!! ¡¡Grumpf!! ¡¡Grumpf!! ¡¡Glup!!

Ya que no quedaba nadie, decidió emprender de nuevo un viaje y se fue. Caminó y caminó durante varios días. Un día el principito huérfano, se encontró con el monstruo que había ido al oeste.

-¡Ya tengo un nombre!- dijo el principe.¡Es un nombre muy bonito!-

El monstruo que fue al oeste dijo:

-¿Para que necesitas un nombre? No necesitas un nombre, puedes ser feliz sin uno, somos monstruos sin nombre al fin y al cabo-

El niño se comió el monstruo que había ido al oeste.

Ahora que por fin había conseguido un nombre no tengo a nadie que me llame para recordarlo, con lo bonito que es mi nombre.

Johan

El monstruo sin nombre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora