"𝐸𝑙 𝑎𝑚𝑜𝑟 𝑡𝑖𝑒𝑛𝑒 𝑛𝑜𝑚𝑏𝑟𝑒"

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Nos la hemos pasado hablando de recetas de comida y de postres.
Me han contado como se conocieron.
Que si, que fue por el estómago como lo conquisto la señora Gio.
En un concurso escolar, ella hizo unos besitos de azúcar con mantequilla y nuez, rellenos de cajeta, chantillí y yogurt. De la mesa se desaparecieron la mitad de los besos. El señor Máxime se los había robado pues al probar uno, le gusto.

Desde ese día él fue detrás de ella y rápidamente la conquisto. Inmediatamente le dijo lo mucho que le habían gustado los besitos y ella le hizo una caja para su cumpleaños.

Edmon también nos ha hecho reír. Tanto que a mí me saco lagrimas de risa cuando ha dado detalles de todas las peripecias que paso cuando era periodista.

Yoon por orden de la señora Gio, cortó un gran flan de ciruelas y me dio la primera rebanada a mí. También me deseo que me atragantara con un pedazo de flan.

—Hemos hablado de más creo—habla el señor Máxime—, ¿Por qué no nos cuentas algo de ti Taehyung? Algo que solo quieras contar. Lo que sea.

—En verdad no hay mucho que decir de mí. Todo es tragedia.

—Solo cuéntanos, nos gustaría saber de ti.

Coloca su mano la señora Gio sobre la mía.

—Pues, ha sido un año difícil. Duro. Yo…yo perdí a alguien a quien amaba mucho. Vaya, ni siquiera le dije que lo amaba, no me dio tiempo. Yo, tuve miedo decirle y me quedé con ello, con ese sentimiento guardado en mí.

—Guardado en un pliego de tu corazón—me dice el señor Máxime.

—Algo así—lo miro.

Mi móvil suena de pronto.
Lo rebusco en mis ropas y veo la pantalla que es mi padre.

—Lo siento, debí silenciarlo—me disculpo.

Corto la llamada pero antes de que lo guarde vuelve a sonar.

—Debe ser importante cariño, mejor responde—me dice la señora Gio.

—Ok, será rápido. Ahora vuelvo.

Me excuso y me retiro de la mesa.
Me voy a un lugar apartado por una ventana.

—Papá, ¿qué pasa?

“Tae cielo. ¿Estás bien?"

—Sí, ¿Por qué?

“Bueno, yo te llame temprano y no me devolviste la llamada”

—He estado ocupado.

“¿Dónde estás? ¿Estás bien?”

—Ya te dije que estoy bien. Y estoy en casa de unos amigos cenando.

“¿En casa de que amigos?”

—De unos amigos.

“La última vez que hablamos dijiste que no conocías a nadie, que no tenías amigos”

—Pues ahora ya tengo amigos.

“¿Son de fiar? ¿Tú…tú confías en ellos?”

—Me agradan, son buenas personas.

“Tae bebe, no hagas cosas malas por favor. Yo confió mucho en ti, pero no en algunas personas, hay amigos que dicen ser tus amigos y no lo son. Por favor, no tomes de más, no pongas en peligro tu cuerpo, no hagas nada malo influenciando por esos amigos”

—Santo cielo, ¿te estas escuchando? ¿Por qué me dices todo esto? ¿Por qué crees que no soy capaz de conseguir buenos amigos? ¿Por qué crees que yo me metería algo dañino al cuerpo? ¿Cuál es tu problema papá? dices confiar en mi pero te estas contradiciendo con todo lo que me estás diciendo.