Capitulo 2

106 8 0
                                    

*2 meses antes*

Respire el delicioso aroma de la madrugada, los rayos del sol apenas tocaban mis ojos y la ciudad aun estaba tan serena.

Había decidido mudarme a Chicago después del ultimo incidente.
-Tal vez esta sea tu nueva oportunidad- dije para mi misma.

Después de pasar horas recorriendo las calles, llegue a mi edificio, era alto, color negro con algunas partes blancas, con algunas ventanas, escaleras y podía apreciar uno la esencia de la ciudad en el, era mi lugar perfecto, después de todo combinaba con mi alma.

-Buenos Días, vine hace 2 semanas a pagar el alquiler de un departamento- mensione a la recepcionista

-hace mucho sol?- dijo ella, y pude notar el sarcasmo en sus palabras. Mis ojos es algo que la gente no debería conocer jamas, por su bien, y por el mio, pero la gente?
Bueno ellos no lo entienden, solo se burlan y me tratan como si estuviera loca. Pero lo prefiero así.

-Ana Styler- dije mas seria de lo anterior

-Departamento 18B ultimo piso, aquí tienes tu llave y una copia, Bienvenida y blablabla-

-gracias- no se ni como pude agradecerle, es una idiota, y se ve que ama su trabajo, sarcasmo? Si, por todos lados. Bueno al menos su actitud combina con el lugar.

Camine hacia las escaleras, y la respcionista me grito -ULTIMO PISO!- como si no la hubiera escuchado ya, como si la claustrofobia se curara a gritos, así que la ignore y seguí camino arriba.

El departamento no era tan grande, apenas tenia una habitación, un baño pequeño, una salacomedor y una pequeña cocina donde apenas cabía el refri la estufa y una mesa pequeña. Pero estaba bien para mi, no es que no pueda pagar algo mas caro, es que entre mas invicible sea mejor.

Al caer la noche ya había acomodado las pocas cosas que podía cargar con migo en caso de emergencias, así que me deje caer en la cama y cerré los ojos imaginando que mañana seria un mejor día, tal vez mañana seria mi oportunidad, seria mi primer día en la universidad y tal vez logre hacer una amiga, una que entienda mis limites inquebrantables, definitivamente mis esperanzas estaban aquí, en Chicago.

Ojos DiamanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora