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ㅤ౧᷼౧ㅤׅEl sol se filtraba a través de las cortinas, llenando la habitación de George con una luz dorada. Era un día cualquiera, o al menos eso pensó al despertar. Con un bostezo, se estiró en la cama y miró el reloj, ya era un poco tarde. Karl siempre había sido el que lo despertaba con una broma o una taza de café, pero hoy, el silencio en la casa era MUY notable.
George se levantó con la esperanza de encontrar al que sería el amor de su vida en la cocina, pero al entrar, se dio cuenta de que estaba solo. La mesa estaba vacía, y la cafetera aún tenía el rastro del café del día anterior. Se acercó a la ventana y miró hacia afuera, esperando ver a Karl paseando por el jardín.
G: ¿Karl?...
llamó, su voz resonando en el silencio. No hubo respuesta. Una punzada de desesperación lo atravesó, pero George trató de ignorarla. Quizás Karl había salido a dar un paseo o había ido a comprar algo. Sin embargo, a medida que pasaban los minutos y no regresaba, la preocupación comenzó a crecer dentro de él.
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Decidido salir a encontrarlo, George se vistió rápidamente y salió al exterior. Caminó por las calles llamando el nombre de el amor de su vida en cada esquina. Pasó por el parque donde solian pasar el tiempo al aire libre, donde habían compartido tantas risas. Aquel lugar ahora le parecía vacío.
La tarde avanzaba y George comenzó a sentir una mezcla de desesperación y tristeza. Se pregunto si había hecho algo mal o si había alguna razón detrás de esta desaparición tan repentina, George decidió ir al bosque donde solian ir de vez en cuando.
Al llegar al bosque, recordó las tardes que pasaron allí, contando chistes, riendo hasta que les dolíera el estómago y disfrutando de la compañía del otro. Pero hoy todo era diferente, se sentía pesado y solitario.
Al dar un paso adelante, algo atrapó su atención entre la hierba. Se agachó y recogió un pequeño diario cubierto de hojas y flores secas. La tapa estaba muy desgastada, Parecía llevar tiempo ahí, pero al abrirlo, reconoció inmediatamente la caligrafía de Karl.
Con cada página que pasaba, los pensamientos sobre sus miedos, sus anhelos y momentos que habían compartido. Pero también había fragmentos oscuros, Karl había escrito sobre sentirse perdido y aislado.
solo.
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Las lágrimas empezaron a brotar en los ojos de George mientras leía cada línea. Se dio cuenta de que Karl había estado lidiando con cosas mucho más profundas de lo que él imaginaba. Karl siempre parecía estar feliz, La tristeza lo envolvió como una manta pesada, no solo estaba buscando a el amor de su vida que estaría desaparecido, sino también tratando de entender la batalla en silencio de Karl.
G: ¿Porque no me dijiste nada?... — murmuró entre sollozos al viento que soplaba suavemente alrededor del los arboles.
G:Te habria ayudado...
Con el corazón hecho pedazos, George cerró el diario y lo abrazó contra su pecho. Sabía que debía encontrar a Karl no solo para traerlo de vuelta físicamente, sino tambien ayudarlo con sus problemas que tenía.
A medida que el sol comenzaba a ponerse en el horizonte, George se sintió más decidido que nunca no descansaría hasta encontrarlo.
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