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Y bueno... ¿Georgina en estos días no cumple los 18 años? -pregunta el padre de Brando-

Sí, mi pequeña ya se convertirá en una mujer... Vamos a celebrarlo en grande, obviamente toda tu familia está invitada. -comenta mi padre con una sonrisa-

¿Y Brando ya los cumplió? -pregunta mamá-

Sí, los cumplió hace unos meses atrás... -responde la madre de Brando-

Brando haría muy buena pareja con mi querida hija ¿No es así, Giuseppe? -mamá le pregunta a papá-

Tienes toda la razón, Brando, deberías dejar a la chica que estás conociendo para estar con nuestra pequeña... -comenta papá con una sonrisa-

No lo creo... -bromea Brando nervioso-

Disculpen, tengo que ir un momento a la cocina... -digo levantándome de la cena-

Abrí la puerta del comedor y la cerré con fuerza. ¿El hijo de puta de Brando me acaba de rechazar en frente de toda mi familia?

Estaba pensando mientras tomaba un poco de whisky, hasta que veo a Brando entrar a la cocina.

¿Que haces aquí? -pregunto con un tono duro-

Tu empleada se perdió y me mandaron por jugo ¿Algún problema? -contesta Brando desafiante mientras busca la sal-

Simplemente gire los ojos y suspiré, seguí en lo mío y dejé el vaso de whisky en el lava trastes.

Cuídate la espalda, Brando. -digo amenazante cuándo paso por su lado, a unos pocos centímetros pude sentir su respiración-

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Han pasado 2 semanas desde esa horrible cena, y hoy oficialmente es mi cumpleaños, no siento emoción, no siento esas hermosas vibras cómo cuando era pequeña. Cuándo lo más catastrófico que podría pasar era que una barbie se me rompiera, o perder en el juego de las escondidas. Ahora lo más catastrófico que me podría pasar es caer nuevamente en la adicción, o peor, volver a caer en ese hoyo sin fondo.

Estaba mirándome en el espejo mientras Sabrina me acomodaba el vestido que usaría en mi gran fiesta de 18. Un gran vestido dorado, con un corset con detalles mínimos de encaje, una larga cola y los hombros descubiertos. Sentía las lágrimas venir a mí, estas fechas no son tan fáciles para mí.

Déjame sola. -fué lo único que pudo salir de mi boca en ese momento-

Mi voz se entrecortó y mis ojos se cristalizaron, Sabrina dejó de hacer su trabajo, me miró preocupada, pero con una pizca de temor, para luego salir de la habitación rápidamente.

Cerré mi habitación con seguro, para volver a verme en el gran espejo con bordes dorados. No podía dejar de ver mis horribles imperfecciones.

¿Que son estos cachetes, Georgina? -hablo para mi misma mientras toco mis mejillas con asco-

Toqué mi abdomen y comencé a analizarlo, suspiré y miré mi rostro. Dí la vuelta para ir al baño.

No sé cómo explicar esa sensación. Era un impulso que no podía controlar. Cerré la puerta tras de mí y me quedé ahí un momento, respirando hondo. Miré al espejo y vi a esa chica que no reconocía del todo. Me dije que solo sería un momento, solo necesitaba liberar un poco de la presión que sentía.

Después de unos minutos, me incliné sobre el inodoro. En ese instante, sentí una mezcla de alivio y culpa. Mientras el mundo seguía afuera esperando a la cumpleañera, yo estaba atrapada en esta lucha interna que nunca parece acabar. Sabía que no debería hacerlo, pero en ese momento era como si todo lo demás desapareciera.

𝐄𝐋𝐈𝐓𝐄 - BRANDO DE SANTISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora