-"Felicidades, están esperando un bebé".
Esas palabras cálidas y llenas de emoción resonaron en sus corazones, quizás las mejores que ambos hombres habían escuchado en toda su vida. La vida en ese matrimonio iba cada vez mejor, como un tapiz tejido con hilos de amor y comprensión.
Lan y Jiang funcionaban a la perfección, incluso con sus propias imperfecciones. Usaban cualquier momento para aprender del otro, para decir y demostrar cuánto se amaban. Sus familiares, especialmente sus hermanos, estaban presentes en cada una de esas etapas, compartiendo risas y lágrimas.
XiChen aún recordaba el primer helado que compartieron juntos, su sabor dulce y refrescante aún persistía en su memoria. Lo recordaba con mucho amor y hasta diversión, una sonrisa se dibujaba en su rostro al evocar aquel momento.
Lo ama demasiado.
Jiang Cheng, por otro lado, no guardaba en su memoria ese tipo de experiencias, pues para él era mucho más importante lo que vivían en su día a día. Claro que tenía recuerdos preciosos de ellos, como el día en que se hicieron novios, como el día que se comprometieron y el día de su boda, momentos que brillaban como estrellas en su corazón. Todo parecía marchar bien para ellos.
Lo ama demasiado.
Ellos se aman.
No hay algo o alguien que pueda interponerse en su felicidad, una felicidad que juraron sería eterna. Su felicidad, la que sentían cada mañana al despertar y mirarse a los ojos, la que era provocada por el dulce toque de su esposo en sus labios.
-Quiero un bebé...
Era una noche de verano, el sol empezaba a ocultarse mientras los dos estaban sentados en la arena, observando las calmadas olas del mar. El aire estaba lleno del canto de las gaviotas y el olor a sal marina.
Habían decidido pasar sus vacaciones en una playa no muy concurrida, pero sí especial.
Los Jiang solían visitar ese lugar muy seguido durante la infancia de sus hijos. Fue un lugar que llenó de alegría las vidas de los integrantes de esa amorosa familia, creando buenos recuerdos que siempre mantendrían en sus memorias. Era el lugar ideal para continuar con el linaje, pensó Jiang Cheng.
Llevaban 3 años siendo esposos, 9 siendo novios, 12 de amigos y de haberse conocido.
Habían dedicado gran parte de su vida al otro, desde que se conocieron en la secundaria. Jiang Cheng estaba en octavo grado, un año marcado por el cambio y la incertidumbre. Su familia se había mudado a una nueva ciudad cuando sus padres decidieron expandir su negocio, dejando atrás la familiaridad y la comodidad.
El cambio no fue fácil, especialmente para él. Durante los primeros meses, enfrentó burlas y peleas debido a su temperamento explosivo. Se negaba a mostrar debilidad ante los demás, aunque por dentro se sentía solo y confundido.
Pero todo cambió cuando conoció a HuaiSang, un chico peculiar que pasaba horas escondido en la biblioteca, leyendo libros de matemáticas avanzadas con un toque de pornografía oculta. Fue allí donde encontró un aliado y un amigo.
-¡Cheng-Cheng! - La voz animosa de su hermano, Wei Ying, lo sacó de sus pensamientos. Se acercó a él con su característica sonrisa y una figura nueva a su lado.
-¿Dónde estabas? ¿Tienes idea de cuánto tiempo te he estado esperando?
WuXian sonrió, sabiendo que su hermano no estaba realmente molesto. -Lo siento, shimei. Mira, él es Lan WangJi...
El mencionado se acercó con una expresión impasible, sin una pizca de emoción en su rostro.
-Uh.
Y así fue su primer acercamiento con la familia Lan.
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Bebé - XiCheng (OneShot)
Fanfiction-"Felicidades, están esperando un bebé". Esas palabras cálidas y llenas de emoción resonaron en sus corazones, quizás las mejores que ambos hombres habían escuchado en toda su vida. La vida en ese matrimonio iba cada vez mejor, como un tapiz tejido...