Capítulo 1

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Un avión chárter de dieciséis asientos, que se dirigía a París, se encuentra ahora esparcido en pequeños pedazos de escombros sobre los campos de arroz de una pequeña aldea. Las autoridades han asumido que los quince ocupantes, incluidos el piloto y la tripulación, han fallecido. Actualmente, se está investigando el accidente para determinar las causas del desastre.

Mientras tanto, la voz serena de un joven reportero resonaba en el lugar, transmitiendo la información a través de su micrófono. Aunque el área permanecía acordonada para no interferir con el trabajo de la policía y los forenses, los medios de comunicación intentaban constantemente acceder al sitio, lo que dificultaba las labores de investigación. Los responsables de la seguridad aérea estaban a cargo de esclarecer las causas del siniestro, pero la presencia de periodistas y cámaras complicaba su labor.

En medio del caos, una joven mujer llamaba la atención. Vestía una camisa de cuello con las mangas arremangadas y pantalones oscuros, y su presencia transmitía una atmósfera de profesionalismo y orgullo. Aunque sus ojos, tras unas gafas de montura cuadrada, delataban cierto cansancio por las horas de trabajo ininterrumpido. Había llegado al lugar después de recibir una llamada de su superior en la madrugada, quien le pidió que se hiciera cargo de un asunto relacionado con el caso. Horas más tarde, Busaya, o Bua, como la conocían algunos, se encontraba en el lugar, conversando con el personal de coordinación que trabajaba en la escena del accidente.

—Un momento —dijo con firmeza—, primero necesito verificar si tu nombre está en la lista del personal autorizado.

Bua escuchó la información y simplemente asintió, luego ajustó sus gafas para que quedaran cómodamente sobre su nariz. Levantó la mano para apartar los mechones de su cabello corto, que llegaba hasta los hombros, y también los que le estorbaban en la cara, para no oscurecer su vista.

—Estoy reemplazando a la profesora asociada Nissara —informó la joven visitante, mientras mostraba su carnet de identificación de estudiante de doctorado, que aún estaba vigente. Había venido como sustituta de su maestra, quien actualmente se encontraba en el extranjero.

El encargado del registro, que estaba a cargo de la gestión del personal convocado para el incidente, se inclinó hacia adelante y revisó nuevamente los papeles, buscando en la lista de nombres.

—La encontré. Profesora asociada Dra. Nissara, del Instituto de Bioantropología. —Su mirada recorrió la lista hasta encontrar el nombre de Busaya, quien aparecía como asistente de la profesora.

—Sí, ella es mi asesora. En este momento está en un seminario en Panamá, así que me pidió que viniera en su lugar.

—Entendido. Por favor, firme aquí, y le proporcionaremos una credencial de identificación para personas autorizadas —respondió el oficial con tono profesional.

—Si tiene algún problema o necesita herramientas para obtener más información, no dude en avisarme, Dra. Busaya —añadió la oficial de coordinación mientras deslizaba el documento de registro para que lo firmara.

—Listo —respondió la joven doctora, devolviendo el papel.

—Realmente apreciamos su ayuda —dijo la funcionaria.

—El centro administrativo y su área de trabajo están por aquí. Esta noche, un miembro del personal la llevará a su alojamiento. Puede que sea una noche un poco agitada.

—No hay problema —respondió Bua con calma.

Busaya caminó hasta detenerse frente a la entrada del lugar del accidente, aproximadamente veinte horas después del siniestro aéreo en el que murieron los pasajeros. Los restos más pequeños del avión cayeron en los arrozales de una pequeña provincia en la parte central del país. Inicialmente, se reportó la muerte de quince pasajeros, incluido el piloto. Todos perdieron la vida, pero las autoridades continuarán la búsqueda con la esperanza de encontrar sobrevivientes.

Cranium [Muestra]Official Spanish version coming soonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora