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Fiorella había intentado mantenerse alejada de sus hermanos, y digo había intentado porque prácticamente era imposible, tenía que pasar horas sentada en su trono haciendo juicios y para eso era indispensable el hablar con Aro, Caius y Marcus. Quienes también ya habían notado el comportamiento de su hermana pero simplemente lo dejaron pasar, o por lo menos Aro y Caius ya que Marcus seguía preocupado por el distanciamiento de Fiorella ya que se alarmó cuando notó que el lazo de hermandad de Aro, Caius y Fiorella se habia debilitado.
Y también fue porque en especial Marcus y ella siempre fueron los más unidos tanto que Aro los llamaba la Mugre y el Jabón. Fiorella siendo la mugre a palabras de Aro.

Y Fiorella aunque se sentía mal por desconfiar de vampiros a quienes conoce desde hace años y quienes también son sus hermanos que aunque no lo eran biológicamente si tenían ese vínculo.

— Te he notado alejada Fiorella, ha pasado algo que quieras contarme, hermana. -Aro hizo énfasis en la palabra Hermana y Fiorella por primera vez en su ciento sesenta y seis años se sintió asqueada de que Aro la llamara de tal forma. No sabía porque y eso la alarmó aún más.

— Aburrimiento lo mismo de siempre pero nada de otro mundo, no te preocupes, hermano. -Contestó de la misma manera que Aro hace unos segundos atrás y aunque el se quedó algo pensativo no lo quiso hacer visible para Fiorella, o por lo menos lo intento.

— Los juicios ya han terminado hermanos, podemos ir a ocuparnos de nuestras cosas. -Marcus intentó mejorar el ambiente y aunque por unos segundos lo logro todo volvió a lo mismo rápidamente cuando Fiorella se paró de su trono en velocidad vampírica y se fue a quien sabe dónde.

— Está algo rara, más de lo que normalmente es. -Dijo caius a la vez que soltó un gruñido.

— Ni que lo digas. -Respondió Aro.  — Aunque no solo ella, Alec también adoptó ese comportamiento más serio de lo que suele ser, más callado incluso aunque pareciera imposible. Solo ha platicado con Fiorella este tiempo y eso en realidad lo he ecuchadi de un platica de Jane y Félix.

— No deberías chismosear en cosas privadas Aro. -Regañó Marcus a Aro.  — Pero en realidad debo preguntar esto, algunos de los dos o los dos a tenido enfrentamientos con Fiorella?

— No hemos siquiera tenido el tiempo, parece que huye de nosotros. -Respondió Caius.

— Mmm... Bueno, supongo que entonces debes de ver esto Aro.

Marcus acercó su mano a su hermano y fue cuando Aro entendió mucho. El lazo de hermandad que tenían Caius, Fiorella y el se había debilitado tanto que era casi invisible mientras que el que Fiorella y Marcus tenían aún estaba ahí, tan vivo como siempre. Y algo que lo sorprendió aún más fue que existía un lazo de color dorado que unía a Alec y Fiorella.

Soltó la mano de Marcus levemente y se quedó callado unos minutos, pensando en todo lo que vió y una idea le llegó a la mente. Fiorella ya no confiaba ni en Caius ni en el y eso iba a traer problemas, muchos problemas y era hora de empezar a actuar.

— Qué has visto? -Le preguntó Caius a Aro.

— Nuestro lazo de hermandad con Fiorella es casi invisible, se ha ido. Pero también hay un lazo dorado que une a Alec y Fiorella, es nuevo por lo que veo. Y es muy interesante.

(...)

— Qué haces? -Le preguntó Alec a Fiorella en cuanto cerro la puerta.

— Lo de siempre, leer.  -No quito la vista del libro que sostenía con sus manos y siguió pasando las hoja del gran libro verde opaco.

— He perdido la cuenta de cuántos libros has leído, ni siquiera yo he leído tanto como tú y que tengo más tiempo de haberme convertido. No me sorprendería si me dices que también has leído la biblia. -Bromeó Alec.

sᴀʟᴠᴀᴛᴏʀᴇ <Alec Volturi>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora