¿Odiarte? A estas alturas de qué me sirve. Sí, lo entregué todo por ti pero lo hice porque te amo. ¿Me obligaste a amarte? No, fue una decisión, nunca me pediste que lo hiciera, mas así lo hice porque lo decía el corazón. ¿Odiarte? Sí, ya sé que te vas, que no fue suficiente para ti mi forma de amar. Pero de qué me serviría ahora odiarte si no volveremos a relacionarnos de ninguna otra forma. ¿Amigos? No, eras todo o nada, todo lo que quería de ti era que me amaras, ahora que ya no sientes nada, solo me queda dejarte ir. ¿Sufrir? Claro que lo haré, te amo como a nadie, debería decir mejor que te amé como a nadie, aún te amo pero ya no lo haré como antes. ¿Mentiras? Jamás te mentí cuando dije que mi amor por ti no tenía límites, tú decidiste ponerle uno en este momento con tu despedida. ¿Comenzar de nuevo? Lo haré, claro que lo haré, mañana será el primer día, de la primera semana, del primer mes, del primer año del resto de mi vida que pasaré sin tí. Aunque sinceramente ahora mismo me siento como si no fuera a pasar de hoy. ¿Perdón? Nada que perdonar, es tu decisión irte y "respeto tu decisión", ambos sabemos que quisiera arrodillarme, suplicarte que te quedes, que te amo y no quiero que te vayas pero, lo que me detiene ahora es lo que me ayudaste a recuperar cuando nos conocimos, el amor por mí mismo. Así que gracias, ahora puedes irte, prometo no sabrás más de mí, te dejaré ser lo que yo ya no puedo ser, feliz.