Entre Conexiones y Torneos

Capitulo 1: Encuentro Inesperado

Todo comienza en la estación de King's Cross, específicamente en el andén 9¾. Las familias Malfoy y Potter se encuentran allí, lo cual resulta bastante extraño para ambos herederos. No es común que sus familias se vean en público, ya que lo usual es que ellos suban al tren primero y se ubiquen en sus compartimientos, mientras sus padres se despiden a la distancia. Sin embargo, esta vez las cosas parecen ser diferentes. Lo que Harry y Draco desconocen es que sus padres han acordado que es hora de que ambos se conozcan mejor y formen una amistad, ya que la última vez que "convivieron" fue de pequeños, pero a medida que conocieron otras amistades se fueron alejando hasta el punto de ignorarse. 

Los adultos se saludan animadamente, mientras Draco y Harry apenas se dirigen una mirada, incómodos. Narcissa y Lily, al notar la actitud de sus hijos, toman cartas en el asunto.

—Draco, no seas maleducado y saluda a Harry —ordena Narcissa, con ese tono autoritario que él sabe que no puede ignorar.

—Harry, tú también, saluda —añade Lily, cruzando los brazos mientras observa a su hijo.

Ambos chicos se miran confundidos. Hasta ahora, sus madres nunca habían insistido en que interactuaran. Sin más remedio, deciden obedecer.

—¿Qué hay, Potter? —murmura Draco.

—Hola, Malfoy —responde Harry de manera tímida.

Narcissa, sin querer dar tregua, interviene de nuevo:

—Draco, acompaña a Harry a su compartimiento antes de ir al tuyo.

—Pero tengo que ir al compartimiento de prefectos, y ya voy tarde —protesta Draco, con un deje de impaciencia.

—Entonces será mejor que se den prisa, ¿no crees? —replica Narcissa con una sonrisa que no admite discusión.

—No es necesario, Cissy —se apresura a decir Harry.

—Nada de peros —insiste Narcissa, levantando una mano—. Draco estará encantado de acompañarte.

—Sí, Harry, además, así se conocen un poco más —añade Lily, con una mirada que no admite objeciones.

Draco suelta un suspiro resignado y mira a su madre.

—Está bien, madre. Vamos, Potter. No quiero llegar tarde.

—De acuerdo... Adiós, mamá —dice Harry, sintiendo que no tiene más opción.

—Adiós, madre —añade Draco, antes de girarse para seguir a Harry.

Ambos caminan en silencio hacia el compartimiento de Harry, donde ya esperan Astoria, Hermione y Ron. Al llegar, Draco se da cuenta de que Pansy está cerca. Aprovecha la oportunidad y se despide de Harry con un leve movimiento de cabeza antes de dirigirse a la joven Slytherin para ir juntos al compartimiento de prefectos.

—Hola, Pansy. ¿Cómo estás? —pregunta Draco, acercándose.

—¡Dragón! —exclama Pansy, abrazándolo con entusiasmo—. ¡Qué bueno verte! Te extrañé. Estoy bien, ¿y tú?

—Igualmente, Pansy. Extrañaba tus locuras —se ríe Draco, aunque luego añade con un tono más serio—. Aunque, para ser honesto, pasó algo raro.

—¿Qué pasó? —pregunta Pansy, preocupada.

—Mi madre se comportó de manera extraña hoy. No me dejó subir al tren hasta que llegaron los Potter, cosa que nunca hace. Además, me obligó a saludar a Potter y acompañarlo a su compartimiento —responde Draco, frunciendo el ceño.

—Qué raro... Cissy nunca tuvo problemas con que ustedes se ignoren. Debe ser que quieren que tengan una amistad —reflexiona Pansy.

—Sí, la madre de Potter insinuó algo así, pero... en fin, dejemos ese tema. Ya llegamos al compartimiento de prefectos.