La abadía Lilyfield (Traducción Finalizada)

17

"Sí llegaste."

"...No tenía intención de hacerlo."

Esa noche, Joel entró en la casa de huéspedes y miró hacia otro lado en lugar de hacerlo con su cara. Era como si solo sentir su presencia hiciera que le costara respirar.

"Pero lo hiciste a fin de cuentas".

Dijo Lester, dejándolo nuevamente sin palabras para responder. Al final de todo, no importaba si estaba jugando con él o con el resto de los Omegas porque tenía bien en claro que le gustaba ese maldito hombre lo suficiente como para que incluso sus piernas comenzaran a actuar por su cuenta.

"No fue por ti..."

"Supongo que, después de todo, eres más curioso de lo que imaginaba".

"Si vas a seguir diciendo cosas burlonas entonces no tiene sentido que me quede."

Giró sobre sus talones y trató de irse por donde había llegado.

"Bueno, espera un momento..."

Y rodeando a Joel por detrás de su espalda, puso la mano en la puerta que estaba a punto de abrirse y finalmente la acomodó contra su pecho para intentar alejarlo de allí tanto como fuera posible. No obstante, resultó que incluso un golpe tan discreto como este fue extremadamente estimulante para él y que, aunque había pensado que el calor había terminado hace mucho y que tardaría unos meses en regresarle, incluso pudo comprobar, muy para su desgracia, que era débil a todo lo que tenía que ver con Lester. Fuera Alfa o no.

"Los dos sabemos que no quieres irte..."

"No vine aquí para..."

"¿De verdad estás más interesado en Gabriel que en mí?"

"¡Tampoco dije eso!"

Lester se rió profundamente.

"Está bien, cariño." Luego el pene de Lester comenzó a golpearle la cintura. "Entonces no te importa si hago algo que te haga sentir bien, ¿Verdad? Siento que esto es algo que ya estabas esperando."

"Yo..."

"Por favor..."

Le besó en la nuca, el cuello, los hombros y luego...

(... Lo hice. Carajo.)

Joel estaba en la cama, mirando al techo como si no pudiera creer lo que acababa de pasar entre los dos.

El brazo de Lester está debajo de cabeza y podía sentir la temperatura de su cuerpo muy, muy cerca del suyo.

"Lester..."

"Dime."

"Solo vine a escuchar, no quería hacer nada."

Pero fue tentado, así que técnicamente no había sido su falta y técnicamente todavía no había fallado a Dios.

"Es una excusa adorable. Puedes utilizarla si te hace sentir bien."

"Diablo..."

Dijo Joel, frunciendo el ceño.

"No tienes que estar tan ansioso..."

Lester se levantó sin importarle vestirse. Puso un poco de leña en la chimenea, para que la llama que estaba un tanto debilitada empezara a arder de nuevo, y extendió un poco las manos en su dirección en lo que Joel se sentaba y se cubría lo necesario con las sábanas de la cama.