misión: segundo caera

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¡Por favor, pon bien eso! - gritaba Melinda a las sirvientas con entusiasmo

Sí, señora - respondían todas al unísono, siguiendo sus órdenes sin chistar.

Madre, llegué - anunció Damian, entrando con Leizha.

Hijo, ya casi está todo listo. ¿Qué les parece? Mi nuera va a amarme, ¿cierto? - preguntó mientras lucia con orgullo, mostrando el comedor decorado.

Hay... Me siento celosa - dijo Leizha con un puchero - Madre, yo también quiero - agregó simulando tristeza

Claro, hija, cuando te cases con mi Dami, te daré lo mejor - sonrió Melinda.

Oh, madre - dijo Leizha, abrazándola feliz.

Madre..., aún soy joven - comentó Damian con una sonrisa burlesca.

Aguafiestas - dijeron Leizha y Melinda al unísono, soltando a reír ambas .

Iré a cambiarme - dijo Damian, subiendo las escaleras.

¿Por qué? No ibas a estar así - preguntó Leizha.

La imagen de Anya cruzó su mente de golpe - si , solo que no me siento cómodo - respondió, y siguió subiendo.

Bien - sonrió Leizha.

Damian siguió caminando tranquilo y le sonreía con amabilidad a cada empleada que pasaba a su lado.

¿Qué hacen? - preguntó al ver cómo acomodaban el cuarto de su costado.

Joven Damian - hizo reverencia en saludo - Su hermano pidió su anterior habitación y su madre nos ordenó limpiarla

Ja! (...) Con que así  - sonrió amable y se metió a su cuarto.

Una vez se cerró la puerta, Damian explotó en ira. Su rostro se tensó y con los puños apretados

¡Me las vas a pagar!  - gritó, tirando el jarrón de su cómoda.

¿Joven Damian está bien? - preguntó la sirvienta al oír el estruendo.

Todo está perfecto - dijo con naturalidad, calmando a la sirvienta - (...) por ahora - masculló entre dientes, rechinando los dientes en frustración.

Bien, Forger, de todos los hombres, mi hermano... - comenzó a decir con su voz llena de ira - No esperaba menos de una perra que me engañó y se acostó con otro - rio con enojo

Se puso una de sus mejores camisas, ajustándose la manga con fuerza - Voy a hacer que te arrepientas de lo que has hecho .

Se terminó de alistar y bajó. Lucia una camisa blanca preciosa y pegada y un pantalón marrón camello y unos zapatos marrones oscuros, junto a uno de sus mejores relojes.

Vaya! Si que te ves guapísimo - dijo Melinda, acercándose a acomodar el pelo de su hijo - y ahora estás perfecto .

(Sniff) Tengo un novio muy guapo - dijo Leizha, fingiendo llorar de felicidad - cariño, dime, ¿acaso quieres matarme de amor?

Tonta - rio Damián y la abrazó con ternura.

No me digas así - dijo Leizha, abrazándolo más fuerte.

Damian iba a darle un beso, pero el timbre sonó.

Deben ser ellos - dijo Melinda, volteando a todos lados a comprobar por milésima vez qué todo esté perfecto - todos a sus sitios

La puerta se abrió

el joven Demetrius y su esposa  - Anya y demetrius entraron, rodeados de un aura de elegancia y sofisticación. Las sirvientas en fila hicieron reverencia, mientras Melinda y Leizha sonreían para ellos.

amigos con derecho damianya Donde viven las historias. Descúbrelo ahora