Cap4: Eres demasiado obvio.

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_Javier, que ni se te ocurra ponerle una mano a Axel _le advirtió Verónica a Javier y luego miro a Axel enojada_ y tú deja de ofender a las mujeres porque puede ser que me confunda y te de por una.

_Todos cállense la boca y salgan de mi casa, mañana debo de salir temprano.

_Yo voy a amanecer aquí hoy _me informo Axel_.

_Yo por igual _añadio Javier_.

_El que quiera dormir aquí que lo haga, pero no hagan mucho ruido, ya me debo de ir a acostar.

_ ¿Tienes sueño? _me preguntó Verónica emocionada_.

_No. Me iré a tomar la pastilla.

_Mierda. Me había emocionado por un momento, vete a dormir.

_Nunca te dije que te emocionará, así que deja de verme con esa cara.

_Si, pero...

Yo había dejado a Verónica con la palabra en la boca y me fui hacia mi habitación.

...

A la mañana siguiente yo estaba frente a la casa de Nasla pensando si tocar el timbre y entrar, o no, hasta que al final elegí.

_Buenas, ¿Se encuentra Nasla?

_ ¿Quién es?

_Soy... _yo hice una pequeña pausa de varios segundos_ soy un conocido de ella, ¿Se encuentra?

_Si. Mandaré a que le abran. Ella está en el patio trasero.

En cuestión de segundos el portón fue abierto y yo entre mi carro.

_ ¿En dónde me puedo parquear? _le pregunté a uno de los de seguridad.

_Donde desee, menos en el césped, la señora Nasla odia que se le suban encima a su césped.

_Gracias.

Yo me parque, salí del carro y empecé a caminar hacia el patio trasero, en dónde estaba Nasla sentada.

-Hey... Bienvenido, pensé que se habían confundido cuando me dijeron que el Bad boy había llegado.

- ¿Dónde está el niño?

-Esta con su padre lavandose la mano.

- ¿Tu esposo está aquí?

-Si.

-Manda a uno de tus hombres a que me acompañe a sacar unos juegos que le compré al niño, me debo de ir.

- ¿Por qué? Míralos ahí donde vienen.

-Me debo de...

-Hey cuñado, que sorpresa encontrarte aquí. -me dijo el esposo de Nasla mientras abría los brazos para saludarme, a lo que yo retrocedí un paso-.

-A Kay no le gustan mucho los abrazos. -le hizo saber Nasla-.

-Ah, entiendo...

Yo me fijé en el hijo de Nasla el cuál me estaba sonriendo como si la sonrisa estuviera pegada a él.

-Hola pequeño.

-Hola tío Kay... -me dijo mientras que se me pegaba a mi pie como una garrapata-.

- ¿Tío? ¿Me llamaste tío?

- ¿Te molesta? Es que desde siempre le he dicho que nos queremos mucho como hermanos -me aclaro Nasla-.

Yo tomé mi teléfono y empecé a fingir que me había llegado un mensaje importante -Debo de irme, hablamos luego-.

Vernos a escondidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora