Capítulo II "De contradicciones y atardeceres"

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Mal día, trago amargo, catarsis, sombra, rayo de sol, baya de saúco, Juana la loca, lotería.

Recostada en el patio trasero de mi casa veo las pocas estrellas que atraviesan la densa luz de la ciudad, la luna llena está envuelta en su vestido rojo, levanto los brazos al cielo tratando de tocarla, observo mi piel, es del mismo color que la luna. Mis padres creen que tome las pastillas para dormir, se equivocan. Hoy vendrán por mí sueños de sangre, cuarta palabra: Tómenla como regalo porque no tengo ganas de explicar nada, en fin... son pesadillas, digan la peor que han tenido y la supero con creces. Cuando llegas a cierta edad crees que ya no te perseguirán, solo están acechando. Lo más sensato es dormir de una a tres horas esta noche. Preparo una jarra de té, eso debe mantenerme despierta. Me siento triste, no tengo idea del porqué pero quiero pintar, necesito pintar.

Me dirijo resignada a mi pequeño salón estudio. Hay varios cuadros sin terminar y manchas de pintura seca por todas partes. Tengo la idea más genial del universo, algún día pondré de moda las piscinas llenas de espagueti, toda una sensación mundial, comer y nadar al mismo tiempo. Pobre de aquel que se robe mi idea, prometo perseguirlo hasta el fin del mundo, con un azadón al rojo vivo que lleve mi nombre impreso, ya de paso podría vengar a alguna que otra vaca. A veces me pregunto ¿De quién fue la brillante, maravillosa y estúpidamente caprichosa idea de crear a los humanos? ¡Soy simple polvo de estrellas! Dijo nunca nadie. Tomé un lienzo y mi paleta de colores. Me puse a tararear.

Ven pintor y píntame toda

Que este tiempo sea tu lienzo

Revuelve mis entrañas

Destroza los esquemas

Píntame de noche

Píntame de día

Cúbreme de sombras

Lléname de trazos

Ven pintor y píntame toda

Hazme tu obra maestra

Una que todos odien

Una que tú y yo amemos

Si es que hay un Creador, debe ser un pintor muy caprichoso, todo un artista envuelto en drama. Tratamos de busca el misterio de la vida y nos perdemos en la profundidad de un plato de cereal, ni siquiera los grandes maestros como Dalí entendían sus trabajos, pues como el mismo decía: "Yo creo enigmas" Y me dicen inestable, patrañas.

En mi cabeza flota la idea de lo que deseo pintar, voy a crear un mundo a pinceladas, donde me sienta feliz tal y como soy, sin ataduras ni cadenas, donde pueda gritar lo que pienso sin ser mal interpretada o juzgada, un lugar donde nadie es extraño, solo único, donde esa maldita singularidad te hace hermoso. No se tomen personal el tono monoteísta que tomo o se desviará del punto. Si hay algo divino, debe ser por obvias razones el gran maestro de todo, la mayoría del tiempo me siento agradecida por ser una de sus creaciones, uno de sus tantos enigmas, algunos otros, no tanto.

Bien, ya que termine de hacer mis telarañas mentales, voy a contarles lo que sucedió en el techo esta mañana, pensándolo bien, creo que eso puede sugerir otra cosa ¿o seré yo la de la mente sucia? Como sea, después del enfrentamiento con la quimera Sandra en los pasillos de la escuela y del exitoso rescate de Vigo, sufrí un colapso incompleto por culpa de una estúpida nube de tormenta que nos terminó empapando. Vigo y yo nos refugiamos en un pequeño tejado construido en el techo, Sombra llego segundos después y trató de secarse sacudiéndose como perro. El muy insolente se fue derecho contra Vigo, esponjándose y graznado en su dirección. Estoy segura de que el muy tonto tiene complejo de águila, algo de eso me recuerda a los chihuahuas, perritos con complejo de león, ¡ja!, no les digan que yo lo dije. Le llamé la atención, me miro con cara de indignación y se marchó sin importarle un escarabajo la lluvia.

Sueños de Sangre y ResplandorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora