Comí.
No me hizo sentir mejor.
Prefería sentir rugir mi estómago a tener que ver los números subir en la báscula.
Esperé a que todos se fueran de casa.
Estaba sola.
Fui al baño y acabé con la incomodidad.
Regresé toda la comida que había ingerido.
Pero, no era suficiente.No es suficiente.